sábado, 15 de agosto de 2009

Madre estás

A tu padre, madre, me lo recordabas casi recién con admiración, y yo mirando desde abajo las piedritas y el mundo. Tu padre te paseaba de un brazo sin tu madre muerta, y apenas un poco antes tu madre te acunaba. Pasó poco y yo trato de decirle una palabra cierta a mis hijas. Como un parpadeo ocasional nos vamos sucediendo. Pero morir es sufrir y yo estoy sufriendo.
Adónde andarás madre con ese gesto feliz de mortaja. ¿Te encontrarás con esos otros amados de medio tiempo para distraer el tiempo esperando por mí?
Por nueve meses fuimos uno, y eso es lo suficiente. Con llantos y alegrías fue un amor que no mata ni tu muerte.