A tu padre, madre, me lo recordabas casi recién con admiración, y yo mirando desde abajo las piedritas y el mundo. Tu padre te paseaba de un brazo sin tu madre muerta, y apenas un poco antes tu madre te acunaba. Pasó poco y yo trato de decirle una palabra cierta a mis hijas. Como un parpadeo ocasional nos vamos sucediendo. Pero morir es sufrir y yo estoy sufriendo.
Adónde andarás madre con ese gesto feliz de mortaja. ¿Te encontrarás con esos otros amados de medio tiempo para distraer el tiempo esperando por mí?
Por nueve meses fuimos uno, y eso es lo suficiente. Con llantos y alegrías fue un amor que no mata ni tu muerte.
2 comentarios:
me parecieron muy sinceras tus palabras,estan cargadas de un inmenso amor...
espero que algun dia puedas encontrarte con ella
"El verdadero amigo es aquel que comparte nuestras alegrías cuando es llamado y aquel que comparte nuestras penas sin ser llamado".
Y ahí estaremos siempre, para lo que necesites. Un abrazo.
Dany
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