domingo, 6 de diciembre de 2015

La gente da miedo

La gente me da miedo, escozor, me empujan y pujan por ganarme el lugar
Que le cederé tarde o temprano para no andar en ninguna carrera porque no sé correr
La gente me da miedo porque es lengua larga, habla sin conocer sin saber sin beber
Y dice que cosas que no son ciertas, que uno merece otra cosa en la vida en vez de lo que tiene
La gente da miedo cuando se mira al ombligo porque ahí ve un universo inmenso para acariciarse
Y se siente independiente única bella y capaz, hasta que al final acompaña a lo mejor de lo peor
La gente da miedo cuando califica, que los negros, los cabecitas, los bolitas, los perucas, los judíos
Los árabes, pero se califica cuando adora la patria extranjera, su bandera y lame sus costumbres
La gente da miedo cuando desprecia animales, vacas, caballos, cordero, chivos, yaguaretés, elefantes, ballenas, tortugas, perros, gatos, y encima vota a liberales para correr a la pobre liebre.
La gente da miedo cuando se traga los sapos de los medios, cuando repite frases, eslogans, cuando quiere parecerse al ministro delincuente, cuando ni piensa ni elabora y lo maneja la caja boba.
La gente da miedo cuando nos maldice por ser consecuentes, ser leales, fieles, dar lo que sea por
Los ideales, cuando apunta a nuestra insistencia de no querer ver el funeral de los pensamientos
La gente da miedo cuando cree que todo está acabado, que la vida es una buena compra en el
Supermercado, en un shoping en ofertas taladrando, en la mejor compu, en el auto acelerando
La gente, esa gente, creo que es muy fea y los que no nos bancamos a esa gente hacemos dedo a políticos para que nos lleven al llanto emocionado, porque la revolución no la han matado, porque aunque la gente de miedo hay algunos en que confiamos, uno, dos, tres hermanos de la vida, y bueno… Moriremos peleando.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Volvamos a la Anarquía

Que vuelva la anarquía de los principios de siglo, gente libertaria, gente buena, honesta, solidaria, que vuelva, volvamos a ser anarquistas que el sistema, ahora más que nunca nos va a devorar, y otra vez como nunca seremos títeres de sus decisiones. Volvamos al anarquismo, aunque seas del partido que seas, reunámonos donde sea, hagamos planes, conciliábulos, vayamos de a poco y de a rápido organizando la resistencia definitiva, para que el poder en todas sus manifestaciones no se atreva más a manipularnos, porque se enterará que hay una resistencia compuesta de cualquier color y de cualquiera sexo y de cualquier estrato, para que nunca más y para siempre, no se hable más de color, de qué sexualidad y las clases quedarán como un recurso viejo y odiado del capitalismo. No hay más clase media.No nos dividimos más. 
Seamos anarquistas. Ahora hace falta.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Mi orquídea de un día


Tengo en mi humilde balcón una especie de orquídea de un día. Resulta que en un instante hoy la vi nacer y corrí y la acaricié y me dijo que era suficiente, que en un  rato iba a  morir. ¿Pero esta orquídea hermosa no será la misma que nacerá dentro de un año? Tal vez la muy astuta se encierra en su follaje para no padecer los ruidos espantosos de la ciudad y su desidia. Pero en este día que se muestra, alguien le ha dicho que yo acudiré a admirarla. Lo natural en el mundo se hace un nudo y se desarma al que lo quiere.  La gente en tropeles que van y vienen,  no tiene tiempo de mirar a una flor, calculan mayores vidas pero vivirán sin conocer la feliciidad de esta flor de un día. Mi orquídea es como yo, mi dicha es muy breve,  y en seguida  no estoy. Mi orquídea deslumbra como deslumbra el  amor, el tiempo corto que se permite, y mi flor es sabiduría, porque no hay nada en la vida que perdure más que el propio y saboreado instante.  

domingo, 1 de noviembre de 2015

Fantasmas en la Noche de los Museos

De tanto bochinche, los fantasmas despiertan. 
Por la noche de los museos, cuando mucha gente junta husmea hasta la madrugada, las sombras quedan alteradas y salen a circular ante cualquier crepúsculo que llega, y se tropiezan y se inmiscuyen y discuten, y la nada ha perdido su paz, siempre maldita.
Así pasa por caso en el Museo Haroldo Conti de la ex Esma. Se las ve nauseabundas por los fondos junto al almirante Massera balbucear una y otra vez la Carta a la Junta de Rodolfo Walsh, mientras el capitán Chamorro arrastra un atril donde balbucea el último mejor discurso de su comandante. Más acá, irreconocibles marinos le ponen dulce melodía a las páginas de El Capital de Carl Marx, y más allá, otro grupo de fantasmas tan blancos, ora a una imagen del Che.
No muy lejos, en el Planetario, los meteoritos en exhibición intentan de nuevo orbitar, pero chocan y no se atreven con tantos pensamientos que salen a volar de noche. Las tres marías se desprenden de la bóveda y salen a tomar fresco al Rosedal, y al final se animan a besarse entre ellas tras cruzarse con carteles macristas. La Osa Mayor deja de ser una constelación y se hace trans, y se hartan las estrellas que forman la Cruz del Sur y se van a una bailanta a cantar y hacen furor con sus lentejuelas.
Ha quedado todo muy trastornado después del sábado a la noche de los Museos. El desquicio se estira por Figueroa Alcorta. En el Malba el pintor Antonio Berni abre las puertas de sus cuadros a Juanito Laguna, que inmediatamente hace dedo hacia la Panamericana para bancar a su viejo metalúrgico, otro de los despedidos de la multinacional Lear. Ramona Montiel, la otra musa de don Antonio, se queda en su collage cada vez más bonita a hacerle compañía.
Cerca, en la Biblioteca Nacional, se anda despertando Evita que no sabe que no es más la residencia presidencial, que el palacio Unzué fue demolido y hoy es Biblioteca y estrafalario cemento, y que ahí están todos los libros y esos documentos que demuestran su martirio por tanto apego del General por los milicos y la CGT. Si hay libros planea Borges, y choca claro con el alma de Evita, pero los dos parecen perdonarse después de rodar por la barranca y encontrar Las Lágrimas de San Pedro. Su autor, El Greco, de paseo por el Museo Nacional de Bellas Artes, los invita a pasar.
Desde el Museo de la Recoleta parecen escucharse los ruegos de Bioy a Borges, que se fue del Cementerio a la Biela y desde ahí suplica que recuerden su odio peronista y su condición de agnóstico. No se oye muy bien, porque siguen peleando los fantasmas despiertos de Lavalle y Dorrego, y Rosas esta vez tampoco consigue laudar. Mientras, el caudillo Facundo Quiroga va de tumba en tumba pidiendo explicación por su muerte a traición en Barranco Yaco.
Ya no hay paz después de medianoche en la ciudad. En el Museo Gardel, Carlitos se queja de que su voz no llegue a los cien barrios porteños por culpa de las paredes del Shopping Abasto, y en el de Los Inmigrantes las almas furiosas bajadas de los barcos quieren que Sergio Berni no sea ministro de nada, y en el Conventillo, los espectros anarquistas piden la cabeza de Macri.
En los museos del Títere y de Magia hay algarabía. Ahora, hoy, todo es posible. Creen que nadie más podrá mover los hilos, y la muerte podría ser sólo un truco.

sábado, 24 de octubre de 2015

Macri, un mentiroso serial, una puesta en escena

Durante la campaña electoral, los ciudadanos tuvimos que padecer las pertinaces mentiras del guión que Mauricio Macri puso en práctica y con el que nos acosó día y noche haciéndonos sentir, a veces, personas tontas, seres de una subcategoría muy particular que debíamos aceptar sus frases hechas, su extrechez discursiva, sus gestos fraternales que ni aun ensayados infinitamente parecían naturales. Macri nos sonreía en cada spot y revolcucionaba nuestros jugos gástricos, o nos perforaba la dicha de escuchar música por radio con su fraseo pueril y dificultoso por esa dicción de hortaliza que su clase social obliga. Y cuando aparecía con sus compañeros de correrías, uno se sentía peor aún, porque se imaginaba que en algún momento y no muy lejano, todos ellos se habrían muerto de risa reunidos en una mesa regadísima del mejor champán, haciendo cuentas de las millonarias cifras que acumulan y acumularían más aún en sus cuentas off shore, tras un tercer mandato electo en el gobierno de la ciudad. Pero que gente tan tonta, me los imagino decir a coro por el nuevo voto ciudadano que les renovó la confianza para quedarse con nuestros dineros.
El reciente bochorno de la fantasmal empresa de Fernando Niembro facturando casi 25 millones de pesos como un obsequio de Mauricio por tanto halago público y micrófono del comentarista deportivo, y el desvío de otros 50 millones por pauta publicitaria inexistente, no son nada a la lado de los mil 400 millones de pesos que Macri le otorgó en adjudicaciones directas a su ex compañerito del Cardenal Newman, Nicolás Caputo, limando toda decencia y ética teniendo en cuenta que Caputo fue funcionario y alto dirigente del PRO. No quiero ni imaginar sus risotadas, cuando en su declaración pública, el todavía jefe de Gobierno de la Ciudad adjuntó como parte de sus activos un préstamo de 18 millones a quién sino: al compañero de banco y recreos de la igualitaria Newman.
Casi 400 mil vecinos de la ciudad que no tienen vivienda se miraron unos a otros cuando atinó a decir algo concreto y prometió hacer un millón de viviendas si llegaba a la presidencia. Ni un solo préstamo hipotecario concedió durante ocho años de gestión… Perdón, estoy pecando de injusto, entregó uno de varios miles a la “necesitada” María Eugenia Vidal. Que dicen la vieron saliendo de una albergue engañando al cónyuge, candidato a concejal del PRO de Morón. Y bueno, parece de fierro su cara, pero su cuerpo no lo es. Hablando de su cónyuge, un tal Tagliaferro… Para que no anduviera penando, Mauricio, siempre tan presente y archivando de nuevo de su diccionario moral la palabra ética, le pidió al esposo de Marieuge que le hiciera unas cuantas encuestas para que de paso, la familia tuviera cómo pagar y destruir las fotos y diálogos que confirmaban la traición de la candidata a gobernadora.
Mauricio dijo también que iba a bajar los impuestos y no hubo Sertal o Buscapina para frenar la pataleta al hígado. Pero si el ABL lo subió casi el 800 por ciento, si las autopistas casi el 1.500 por ciento, y el subte, por ejemplo, cuesta cinco veces más desde que el lord si hizo cargo. Eso sí, va a desendeudar al país, tal como lo hizo con la ciudad… Jajaja se queda sin aliento del ataque de risa que le agarró a Durán Barba mientras le dictaba esa promesa mirando las cuentas bordó de la ciudad, que ya se acercan al pasivo de dos mil 200 millones de dólares. 
Inauguró una estatua a Perón y ahí fuimos nosotros los que nos descompusimos pero de risa, porque se trataba de un inolvidable esquech con su partenaires de Costa Pobre, aquel segmento de Alberto Olmedo, con el Momo Benegas, Hugo Moyano, Duhalde y otros rindiéndoles pleitesías a un personaje inescrupuloso que simula sensibilidad popular, y luego, a escondidas, lleva a cabo las mayores tropelías.
Eso sí, dijo, va a haber educación y salud para todos en la Argentina si llega al poder al que tanto lo empujan los recalcitrantes grupos empresariales concentrados. Pero desde que gobierna la ciudad cada año bajó sistemáticamente esos presupuestos, dejándolos muy por debajo de lo que le permite a Durán Barba ser hoy uno los ecuatorianos más ricos: la publicidad. Pedir un turno hoy en un hospital porteño es una herida a la dignidad, y lo mismo una vacante on line, a la que tanta gente abandonada de las villas que jamás Macri pensó en recuperar, no tiene el menor acceso.
En fin podría seguir pero las elecciones se acercan. Estimados conciudadanos: no permitamos que este procesado postulante a la presidencia, afecto a pinchar teléfonos, a reprimir internos del Borda y gente en situación de calle, que se especializa en sobrefacturar desde las épocas en que hizo escuela con su padre Franco, no por favor, a este candidato no le permitamos que resulte electo. 
Porque si eso ocurriera retrocederíamos una eternidad, y en la Argentina el futuro y la paz ya no serían una posibilidad. Irían a parar como inmensos y temerarios olvidos...

jueves, 8 de octubre de 2015

Hablando con el Che, a horas de que vuelvan a matarlo


Te están por asesinar de nuevo Ernesto, y la injusticia crece enarbolada, y no hay socialismo que triunfe, salvo el mismo amor que con un amigo tuve por una amada. El hombre se lame solo, y dan otra vuelta a la llave donde se asfixia la quimera.
Ya veo a los mandados de la tiranía universal descerrajar la bala. Te mataron para que todo sea lo que es, desigualdad, privilegios, cúpulas bajo cristales y si vieras los demasiados rostros que al obrero traicionaron. Mejor mirar la punta del fusil, Guevara.
De todas maneras, Ernesto, hay quienes atesoramos tus enseñanzas, aún solos como vos en Argelia, y resistiendo en esta selva boliviana. En mi sangre sangra tu lucha y denosto al que tu recuerdo usa, falsedades convincentes sobre la imposibilidad de tus cenizas.
Lamento Ernesto los liderazgos que en tu patria se derimen: hablan como si no fueran los dueños del propio aire, tienen millones y van a los pobres a ofrecerles flores. Sé que la humildad se marchó contigo, son aprendices sin deseos de aprender, enanos que no crecen mirando tu estatura.
La revolución es hoy un partido de fútbol, Ernesto. Lo mejor que pasa es negociar, como negocia tu segunda patria con la traicionera potencia americana. Sufres apantallado con las banderitas del imperio y de la mentira vaticana, que siempre pone su sello al momento de claudicar.
Ernesto querido, mejor que ni sepas de las fortunas que conviven con los que mandan, vos que ni auto oficial querías. ¿Pueden guardar tanto los que trabajan para los que no pudieron guardar nada? Por qué no le dan sus riquezas a los gobernados, sé que dirías. Es hora de ir reparando.
El capitalismo, tenías razón, está acabando con la humanidad. Hay quienes quieren más y se la pasan pasando en cómo hablar mejor, ver mejor, viajar mejor, disfrutar mejor, ostentar mejor, pero la soledad al final astilla, y tras los cielos del vacío la realidad vuelve, embalsamada de pastillas.
Trato de tener tus valores morales, Ernesto. La vida en sociedad, entonces sabrás, se torna complicada. Pero creíste y con tu permiso te vuelvo a copiar, que la ternura se empeña de veras y es compañía que de pronto, aún entre siniestros y su carnada, estira la mano a acariciar.
Hasta la victoria siempre, Che, otra vez y otra vez. Si fuiste realidad no tengo por qué resignarme a que todo sea furibundo caer. Si memoria presente sos, la resignación tendrá que deambular herida. Nuevos compañeros estarán naciendo para parecerse a vos al menos un poco.
Seamos como el Che, y el mundo, o al menos el nuestro, será otro...

martes, 29 de septiembre de 2015

Luna roja

Perdidos de la noche ven de nuevo la luna ponerse roja. Vuelve a eclipsarse Buenos Aires, como si ya no fuera suficiente el desengaño de los que ni pueden acariciarla corriendo su locura diaria. Pero hay quien dice que la luna sonroja de pudor por ese beso que no va a dormir, y está también el que jura que la luna ahora se pone así porque desde arriba se ve vez más la desigualdad. Hay quien cuenta que la luna también llora cuando se pone roja, porque es la que se cansó de este sol que no va a mojarse más sus pies con ella desde que Spinetta no canta, y la luna roja sobre el río negro apenas si se deja ver porque Cerati cerró el sonido a su dulce estrofa.
Esta luna es la misma que vio aquí al Che dar sus primeros pasos, y que por eso también se pone así cuando un 9 de octubre se acerca y se muere de nuevo la muerte de su querido guerrillero. La luna va a pedirle al cielo que abra sus compuertas de nubes para mostrarle al universo su amor redondo de cachetes encendidos por el mejor poeta de la lucha.
La luna ya no rueda como rodaba por Callao, porque se le apaga el coro de astronautas aplastado por el sonoro berrinche del tránsito, o porque la atajan las heridas de una ciudad a la que un intendente le robó su vieja corona de reina del plata. Ni Corrientes ya lleva al Luna, sin Locche, sin Monzón ni Bonavena, y es apenas marquesinas grasientas que se apagan tras el artificio de rubias divas taradas. Ya no hay amaneceres ni medias lunas ni café con leche ni más preguntas sobre el sentido de vivir. 
¿Quién no le cantó a la luna, quién no la miró de a dos, quién no guardó en esa esfera que lidera el ocaso del día el recuerdo de un amor partido? Borges estaba convencido: la luna es dudosa, pero allí pueden morar los sueños, lo inasible, el tiempo que se pierde, lo posible o lo imposible, que es la misma cosa... Ahora viene dudosa esta luna que anda cada tanto roja por un elcipse total dicen los noticieros, pero son los desatinos de este mundo que la ponen así y que maldice tener tan cerca. Un amigo que no acostumbra dormir de noche, no se sabe si alucinado o alunizado, jura que vio cómo se transformaba de ira la luna al contarle a las Tres Marías que en la burocracia del universo se traspapeló su destino de satélite, y que vino a tener la desgracia de caer acá, de cara a la tierra. Les señalaba a las mellizas estrellas aquella y esta otra guerra, y las Marías llorisqueaban.
Según el amigo, la luna enrojecida recordaba también aquella vez que los norteamericanos le pisaron el jardín y de cómo había temblado de miedo. Mis viejos volcanes erupsionaron, imagínense el terror que tenía, escuchaba mi amigo que la luna les decía a las lejanas estrellitas, que es así como se ven desde el sucio cielo porteño. Me clavaron una bandera, los vanidosos –seguía la luna-, pero yo creía que me venían a hacer la guerra creyendo que en mis entrañas había petróleo o guardadas armas químicas. ¿Qué si alguna vez me van habitar?, cuenta mi amigo que la luna repitió a los gritos la pregunta de una María. Y, no sería nada raro, contestaba mortificada la luna: un día los hombres no van a dejar nada en pie. Pero espero que para ese entonces el universo haya resuelto mi problemas de papeles y me de otro destino. Luna de Plutón o luna de papel, luna que viaje liviana entre inmensas constelaciones de silencio para que nuevos odios no puedan alcanzarme.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Lo mejor es lo que no es

Me muero de amor en un segundo. O en los cien que la aventura eterna de mirarnos nos va agotando. Es la belleza un ave huidiza, nos deleitarnos la respiración en un ascensor, sentimos nuestros pasos caminado una misma vereda, la gigante emoción de un saludo tenue, mientras se abrazan las tristezas de los dos. Pero nosotros, uno por aquí maltrecho entre muchedumbres de soledades, y otro azorado metido en su obligado reino de las mezquindades. Somos fervientes amantes del simulacro, no queremos ser realidad y un primer disgusto. No hay mejor amor que aquel que no fue consumado: tenemos para contarnos lo que nunca nos diremos. El verdadero ardor no se consume igual que la llama eterna de los héroes. No se va a apagar porque nuestra memoria la mantendrá celeste, en combustión, como algo asombroso. Pero no hay asombros entre terribles días sin saber que pasaron, mientras cabecea el corazón cansado de la línea recta. Pero de repente es esta sensación que se hace presente para volver a imaginar el roce casual, o tal vez el mismo pensamiento que besa sobre la caída de una rama, pero preparándonos para celebrar como un cumplido objetivo ese instante mínimo del cruce de nuestras miradas.
No hay nada mejor que lo que no ha sucedido.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Tercer adelanto de mi pieza teatral "El tiempo siempre se olvida de todos nosotros"

 Pero…  ¿Dónde está? ¿Dónde fue? ¿Habrá sido una alucinación? ¿Todo será una alucinación? ¿Habrá algo verdadero? Pero yo la vi, o me pareció… Me hizo señas, yo no debería estar aquí, no debería haber bajado. Me esperan… Pero la vi tan hermosa, tal vez porque no parecía terrenal. Por qué será que tantos habitantes de este planeta se van afeando con el correr del tiempo, no es que maduren o envejezcan, sea afean por dentro y se les pone oscura la mirada, se hacen oscuros como los ponientes, se quedan sin luz interior, se ponen tenebrosos como la tierra reseca, algunos se deshilachan como un musgo débil ante el primer viento y van a parar al lugar de la conveniencia,  otros se agrietan y asoma su horroroso fondo como en un sismo, andan marchitando cotizando sus gotas de esperanza en mercados ajenos a la juventud. Estos seres son tantos que le han   resquebrajado al mundo su frágil alegría, apenas encuentran pasión en las artificialidades de lo material,  y ahí se los ve, entonces, se van encorvando con la carga de un corazón pesado de frustraciones y seco de amor… (se detiene y mira para la parte en penumbra del escenario) ¿Pero dónde se habrá  metido la Bailarina? Qué oscuro se puso esto aquí…

jueves, 3 de septiembre de 2015

Los líderes políticos deberían ser los que naufraguen


La humanidad se va a pique, absorta en su indiferencia criminal. La soberbia Europa, ciega y sorda se encierra en sus fronteras como si eso bastara para olvidar su culpa: la proliferación que practica con saña de un capitalismo monstruoso que se solaza devorando carne humana; y su complicidad con la guerra impiadosa que Estados Unidos e Israel vienen desatando hace tiempo en Oriente, con el único fin de apropiarse también de las riquezas de esa región.
Este mundo es una proliferación de vergüenzas constantes. Dónde irán a parar los presidentes y primeros ministros, por dónde se desparramarán tantos millones de millones de billetes acumulados y tan celosamente guardados, qué quedará en pie de los templos del poder y del dinero, de qué habrá servido la siembra de tanto terror, de tanta hambre, el desquicio de la absoluta desigualdad. De qué servirá todo cuando el mundo vaya a "parir felicidad, en un futuro que no existe"
vas a parir felicidad
yo te lo anuncio tierra virgen
después de hundirte surco a surco
y como vieja tumba abrirte
después de alzarte como un hongo
y deslumbrarnos como un cíclope
vas a parir felicidad
y no habrá almas disponibles
vas a parir felicidad
como una bendición horrible
y nadie habrá de recogerla
en un futuro que no existe

martes, 18 de agosto de 2015

Otro breve adelanto de mi obra de teatro

... si la vida fuera solo amor no tendría  gusto el amor. El amor es una excepción, y fue nuestra excepción. Ya ves que me amaste sólo a mí a pesar de todos tus otros hombres. El amor es una sensación espasmódica que en nuestro caso dura porque se acabó. El amor elige saltando entre cada quien, como una ruleta de la fortuna que premia con el consuelo del beso apasionado. El consuelo por habitar este mundo de frecuentes desdichas, de voraces injusticias, de tremendas guerras, del dolor más profundo, este mundo de las provocaciones más hirientes, como el hambriento que ve desde su vida apenas viva  el desmonte de las riquezas que se llevan  unos pocos.  El amor es como el mejor pimpollo, el más colorido, el más fragante que lo da todo cuando florece, y perfuma la vida y que por un rato nos hace la representación de un mundo  bueno. Pero el pimpollo al fin es flor sin fuerzas y marchita. Nadie puede vivir amando,  pero todos deben vivir luchando. La vida es lucha, es más que nada lucha, resistencia. Los seres humanos tienen un componente que los resguarda, tal vez sea el alma, que no permite el suicidio de todos al conocerse  que indefectiblemente el camino es breve y se acaba, y como diría William Shakespeare,  que apenas “la vida es una sombra que pasa…”  

viernes, 14 de agosto de 2015

La tragedia argentina


Andan mojados, embarrados, ofendidos, de nuevo olvidados, marginados, se sienten descarte, que no son, que no cuentan. Del otro lado del muro, los de buena posición gozan de sus lagos y piscinas. Más allá, donde se estrella la gota en el fino cristal, en los de mejor posición aún, los políticos, se maldice esta lluvia enferma que corta toda aspiración de descanso en Europa, Punta, Pinamar, o en el propio spa de la casa. Y más allá de más allá, en el medio de las inmensidades de una tierra que no debería pertenecerle, el terrateniente fuma conforme su habano frente al ventanal, mientras mira como su canal ilegal manda el agua a donde ni le importa.
Desde apoltronados sillones vuelven a contar cuánto ha entrado  por la exportación de ese herbáceo transgénico que ha tirado a los tirados a la vera inmunda de cada río, cada arroyo, expulsados de sus campitos donde supieron plantar maíz, tener alguna vacas y un chancho gritón, y gallinas y trabajo y futuro. Todo el país plantado de soja para que los chinos la coman, y acá se queden sin comer tantos pequeños campesinos, mientras la tierra se retuerce de dolor fumigada por Monsanto y mata al que se le acerque.

La lluvia voraz, nos mostró otra vez la tragedia argentina: el notable desprecio de la minoría acomodada, por el resto…       

viernes, 7 de agosto de 2015

La dejé ir

La dejé ir como siempre me dejo a mí
Esa sonrisa era el milagro que no iba a pasar
Pero lo dejé pasar
Me mostró sus manos
Aceptaba una acaricia y no acaricié
Me miraba para que la mirara y no miré más
Era hermosa pero la imaginé fea después
No fuera cosa que me alcanzara
Hoy estoy de luto sin viudez
De negro he nacido, y en sombras moriré

sábado, 1 de agosto de 2015

brevísimo adelanto de mi obra de teatro

...Mi memoria me permite recordar cada detalle de tu cuerpo, cada pliegue, conservo la foto de tu piel encendida. Tu amor fue el único paraje de dulzura que conoció mi vida. Me diste tanto en tan poco tiempo… Pero si la vida fuera solo amor no tendría  gusto el amor. 

domingo, 26 de julio de 2015

Caricia

Es el descanso

Tengo temores de la música 

Es el soborno del aire que por un rato nos convence

Aunque seamos tambor, temblor, ruido,  y al final desencanto, agonías con pobres melodías consecutivas.

Suena y vamos sin tiempo ante un brumoso y tibio despertar de un amor que no hubo.

Al fin, es nuestro desecho que no se tolera ver. 

Vamos cantando el sonido que no suena, 

Las voces nuestras parecen pasados, pesadas, pisadas, 

Es un engaño vivir, y vivir por una nota, por la caricia. 

Vamos en vano a respirar de nuevo, 

Debemos ser inconscientes del abandono, 

Nada se va a acabar sin saber porqué empezó.

Estamos así, tratando de acariciar a alguien.  

miércoles, 22 de julio de 2015

Nadie

Que no me vean, no me persigan, no soy nada, nadie, quiero alejarme de lo que no soy.
Hay aguaceros de silencios que me arrinconan, hasta cuándo seré dolor, vacío, cada minuto perdido, yo sé que lo señalarán en mi próxima vida de hierba ausente, ignorada, pisoteada,
Es como ahora, no hay sentido para una vida así, hastiada en cada hora, sirviendo el buffet todo el tiempo de la melancolía.

No me deslumbra nada, ni siquiera el hartazgo. Vea a quien vea me vuelvo beodo sin beber, veo sin ver, estoy ciego de sentidos, nadie me ama y yo ya me olvidé.

miércoles, 8 de julio de 2015

mi amor adíós

Será cierto que la carne se descompone? Y la de ella, que fue cristal infinito, tenue, roto al romperse e igual fibroso,  ese nervio que enerva, la bella vena celeste, enjundiosa explotando de goce y después ya sé, el silencio, el olvido, la aprisionada calma. Yo te acompaño en el adiós, estamos demás los dos con los dos, debemos irnos, que por favor nadie nos encuentre. En medio de hielos desmoronados estará uno, en volcanes que crepitan bordeará el otro.

miércoles, 1 de julio de 2015

Cuando los libros se cansen de estar quietos

(De la serie Latidos Porteños) 

En Buenos Aires no amanecía. La gente con trabajo no sabía si salir a trabajar porque la noche no se iba. Se sentía la algarabía de los murciélagos en las terrazas de los edificios vacíos. Parejas de amantes volvían a brindar en la penumbra contínua. No salían los porteros a baldear, y los poetas se extendían en prosa. ¿Pero qué estaba pasando en la ciudad? En los medios ni se enteraban, absortos que estaban disputándose bajezas. ¿Pero es que no iba a volver la pereza de un nueva día, el desafío del espejo? ¿Y la soga que ciñe nuestra rutina? Porque la vida no será igual de noche siempre. No es lo mismo el sol que nos delata, que andar tentados en la sombra. Aparecerán donde nadie nos mire, caminos frondosos de oscuridad en los que amaremos más sin pedir perdón, y robaremos sin que nadie nos vea el pan que atraganta al rico. 
Desde las corporaciones mediáticas dirán a coro que no hay que creer lo que se ve y que ya es de día, que es una falsa alarma ya chequeada y que hay que salir a trabajar porque la Patria así se hace grande y el patrón también. Igual se venden sus diarios, se encienden sus radios y televisores, y las compañías telefónicas arman planes urgentes por si las dudas es verdad que no vuelve a amanecer, y nuevos celulares de pantallas infrarrojas salen a la venta en cuotas. 
Al poder concentrado le resulta oneroso que los días dejen de sucederse, y entonces de inmediato aparecen por todas partes escenografías con furiosos reflectores, en las que por ejemplo Marcelo Tinelli vocifera “!Buenos días, Argentina…!”. Desde un estudio cerrado recrean una nota falsa en la costa atlántica, y copiando mal un recurso fellinesco, se notará que el mar es de papel de celofán. Las autoridades policiales y de las fuerzas de seguridad, dirán que si la noche continúa, patrullarán las calles con más esmero, y un gobernador con aspiraciones pedirá bajar la edad de la imputabilidad al tiempo de la lactancia. Si es verdad que el alba se ha extinguido, propondrán que vuelvan a funcionar garitas en medio de las bocacalles, y policías fluorescentes aprovecharán para reordenar su propio tránsito: buscarán torcer el camino que conduce a la verdad sobre Luciano Arruga; la ruinosa arteria que quiere llegar a Julio López será definitivamente cerrada sin reparaciones, y la cortada que llevaba al vació eterno de Walter Bulacio, naufragará al fin tapiada de cemento macrista. Mientras, los curas enrejarán sobre las rejas sus parroquias fortalezas, por si los pobres, que duermen en sus veredas felices de seguir durmiendo, no vayan a despertar con hambre. Y las arcas de la curia desbordarán más de riqueza, vendiéndoles las velas de los santos a los feligreses que les van cortando la luz. No clarea pero los bancos abren igual y crean la noche de los bancos: como algunos no tienen qué hacer, una muchedumbre de incrédulos recorre las diversas plataformas en las que son esquilados. Un torbellino de equivocaciones empiezan a suceder. Hay quien besa por fin a la mujer equivocada, y dos hombres creen confundirse pero se van de la mano. La preocupación crece y más la de los muertos, que están más solos que nunca en cementerios cerrados. ¿Pero qué será lo que pasa?
De tan preocupados que andamos, nadie miró. El cielo se tapaba con miles de bibliotecas volando repletas. Nadie quería ver, nadie quiere leer. Algún día se iban a rebelar con tanto pensamiento adentro, algún día iban a volarse con tanto vuelo incesante apretado en anaqueles de polvo. Dios quiera que apenas sean sólo algunas las que andan volando en llamas: millones de letras encendidas podían entrar en combustión, dice un experto. Las tapas y contratapas se abren de par en par, las páginas se airean y dejan el amarillento olvido, los libros se hartaron de la quietud. Hay benditos que juran que se tragaron al mirar, alguna hoja desprendida. Serán a los que le ha vuelto el día.

sábado, 27 de junio de 2015

Darío y Maxi cruzaron el puente


Darío y Maxi venían por el frío más frío del sur desdichado. En sus juventudes impenetrables a fuerza de escarcha, marcharon por el horrendo junio de 2002 en busca de funcionarios empotrados tras las sordas paredes del poder. Querían por fin ser visibles, querían mostrar la mueca sin prensa del hambre, el rostro tan ignorado del abandono, la pancarta exacta que fosforecía en esas manos de magia: las letras de las palabras igualdad y justicia se separaban por una vez y volaban y se metían por los despachos y entorpecían el nuevo baile sobre las ruinas argentinas. En sus breves vidas, Darío y Maxi habían comprendido que el sufrimiento no es ajeno, que si el hombre tiene dos manos es para abrirlas al otro, y así abrazaron como pudieron el dolor de su gente, enfrentando en soledades heroicas el furibundo desenlace de la miseria.
Querían ver si detrás del puente latían corazones como los suyos. No podían creer, ni Darío, ni Maxi, que después de tantas muertes y represión, más ahogados los ahogados, en la gran ciudad los señores de punta en blanco seguían eructando la riqueza ajena. El helicóptero se llevó a uno, pero siempre quedan otros, que no se van ni se irán. Con la cara que sea, el sistema es inmutable. Cien para mí, cinco para vos, uno para el otro, y para ustedes, los Santillán y Kosteki, no hay ni habrá nada.
No los dejaron pasar el puente. Desde rosados sillones enviaron a esbirros azules a matarlos, con la inteligencia muerta del que mata a un inocente, a un desarmado. Así les allanaron el camino: Darío y Maxi desde entonces cruzan el puente cada día, van y vienen cada junio, se aparecen en cada plato vacío, en la condena de los que nacen sin cuna, en cada molido hueso que arrastra un carro, en los aromas de destierro de cada barrio pobre, ahí andan los dos haciendo su inmensa lucha que florecerá en charcos del olvido, y en medio de la mesa bien puesta de los señores bandidos.

martes, 2 de junio de 2015

Si cayeras


Mirá si ahora te levantás de escribir tanto en vano, y te caés para siempre y rodás en el final de tu soponcio  y vas pensando en el último segundo que hubo una palabra que no dijiste y ya es silencio.

Mirá si a tu corazón se le acaba el esfuerzo y te aferrás a la última coma como si fuera a salvarte el sonido de las palabras, que al final siempre se partieron de tan huecas, de tan inaudibles como tu propia voz

Mirá si se acaba tu porción de aire y como un pez en la arena balbuceás los últimos nombres, esos que creíste amar, y  aparecen jadeando a no salvarte las sirenas que te dieron sufrimiento en vez de ardor  

Mirá si tu mente está a punto de no encontrar sentidos, de abocarse al olvido y la nada, y te regala la última vez de sentirte vivo, y vos corrés hacia tu madre a que te cante de nuevo la mentira del mañana 

Mirá si la muerte pervertida te lleva al  final del sendero y en un abrazo fatal recuenta tu vida como apenas una leve brisa, y al develarse el inmenso vacío te susurra que ni los mejores dioses podrán reencarnarte  

Mirá si tu sangre te avisa que se va quedando sin viaje, que no ya no hay más pasión ni intento, que proteínas y células han completado recorridos, y vas a ser sólo el consumado espectro de haber sido

Mirá que el adiós de repente llega, que el olvido es un vecino ansioso y que no mentiste aún lo suficiente para que te lloren todos y no apenas una perra vieja, lamiendo el inútil papel de tu poema en blanco. 

jueves, 28 de mayo de 2015

Anochecer agitado de un joven macrista

-Hola, qué apurado salís…
-Se me hace tarde para ir a la oficina. Antes de subir al ascensor me pongo los auriculares porque así voy hablando por el celu con alguno de mis amigos, a ver qué pinta el finde.
-Pero saludá a esa vecina, y agradecé al señor que te abrió la puerta.
-Cuando suba al subte pongo el ipod, y abro la ipad, no me banco mirar a la gente que va con esa cara de culo.
-Che, dale unas monedas a ese pibe que canta, mirá qué bien que lo hace. Ah, no lo escuchás… pero lo ves y le estás sacando una foto…
-Me mando un Instagram, está buena la rubia que está al lado del pibe que canta, buena foto, la voy a subir a Facebook también… “La bella y la bestia” jajaja… Je, ya tengo tres me “gusta”…
-Pará un poco, en la esquina hay una concentración, averiguá qué es, están repartiendo volantes que explican, no desaires al que te lo da.
-Voy a mandar un tuit para que a nadie se le ocurra venir por acá, esto es un quilombo.
-Ya estás en tu oficina, compartí algo con tus compañeros. Qué se yo, qué hicieron anoche...
-Saludo a todos, allá está el jefecito, le sonrío, me lo tengo que ganar para que me dé un aumento, ni en pedo me saco las auriculares con música electrónica, es la mejor manera de pasarla acá adentro. Ya saben Rulo y Marcelo que hoy tenemos que sacar ese laburo. Anoche les wasapee unos ítems que faltaban.
-Pasaron las horas, ¿vas a almorzar? ¿Vas con tus compañeros?
-Es la hora del almuerzo… Me voy al gimnasio, aprovecho que el bono se me vence en una semana. Me como un poco de avena, después una gatorade, y listo. Pero le voy a mandar un sms al encargado para que me guarde mi máquina preferida.
-Podés leer algo mientras corrés…
-Mirá TN, otro robo más, ufff… Cuando vuelva a la oficina voy a mandar un mail a esa marca de puertas blindadas para que me pongan una en mi departamento. Además me dijeron que la podés monitorear desde la compu. Es que el morochito ése que se mudó al cuarto B no me gusta nada.
-Parece que hay problemas en tu empresa, hay asamblea.
-Mientras hablan toco todo el tiempo mi smarthpone, no puedo estar sin hacer nada.
-Ya es la hora de salir. ¿Arreglaste para verte con Mariana?
-Bueno, en un rato Mariana viene a casa… ¿Le habrá entrado la plata que le mandé a través de home banking? Ya le había enviado un wasap con el CBU de los japoneses para pagarle la cuenta mensual de sushi.
- ¿Se queda a comer y van a ver una película?
-Seguro que me va a enchufar en la laptop el pen drive con las fotos y el video del viaje de su amiga Maru con su nueva conquista de Internet. Pero yo quiero ver los siete capítulos de la serie yanqui que me bajé, la de la guerra con los zombies.
-Al final te saliste con la tuya. Te viste la serie. No pudieron hablar nada. Se quedó dormida.
-Mañana wasapeamos todo el día y vemos si hacemos algo a la noche.

La voz interior del joven también tuvo sueño. Y soñó que tal vez mañana despierten los dos.

sábado, 9 de mayo de 2015

Respuesta a los agravios de Gerardo Morel, integrante de la comisión interna entreguista de Clarín


Te molesta mi amor, mi amor de humanidad, como diría la canción de Silvio. Mi amor a la justicia, mi amor a la lealtad, a la igualdad. Te molesta, Gerardo Morel, mi inmodificable forma de entender todos esos valores morales. Te digo que me parece mal que festejes las repetidas mesas de diálogos con una empresa como Clarín que se está vaciando de personal. Y reaccionás diciéndome todo tipo de agravios. No me voy a quedar callado. 
Con mi partida del diario, somos más de 300 los periodistas que se fueron con este despido encubierto que es el retiro voluntario, desde que se conformó esta comisión interna entre aquellas oscuras tratativas que, vos conocés bien, Gerardo. ¿Hago memoria? Sólo podía funcionar una comisión interna dentro de Clarín si contaba con la venia de la empresa y por ende, de su penosa socia: la Unión de Trabajadores de Periodistas de Buenos Aires (UTPBA). A mí me despidieron y me indemnizaron en consecuencia, o pretendías como hacen ustedes que le perdonara a la empresa tantas obligaciones incumplidas con el personal. Y te explico por qué fue un despido, aunque me hubiera gustado que vos o algunos de tus compañeros me lo hubieran preguntado, porque la gente es obligada a irse y a ustedes ni se les mueve un pelo. Van a terminar haciendo sus tan esporádicas asambleas ante una redacción fantasma...
Me fui del diario porque también mantengo inalterable el sentido de la dignidad, lo que también te molesta, Gerardo. ¿Te acordás cuando en el 2000 hubo despidos masivos en Clarín? Yo estuve siempre y hasta el final junto a aquella verdadera comisión interna, que por algo jamás no recibió el visto bueno de Clarín, y tuvimos que votarla en la calle, en un camioncito en la vereda. ¿Te acordás? No le dieron oficinas como a esta comisión interna para votar y desempeñarse. ¿Qué raro, no? Y no olvido aquella última imagen: sólo Luis Ceriotto y yo bancando con aplausos desde la calle a los despedidos que aún resistían. Vos no estabas, Gerardo, vos hacía rato que habías abandonado esa lucha por los compañeros que si comprometía el pellejo. Mejor ni te recuerdo algunos de los comentarios que hacían de vos aquellos miembros de la heroica comisión directiva del 2000, cuando de repente ya no se te vio más que apoltronado en tu asiento de la sección Diseño de Clarín, donde hoy ostentás el confuso privilegio de ser el único sobreviviente de los últimos veinte años.
Vuelvo con el tema de mi partida. No me quedó otra, Gerardo, porque me querían obligar a hacer tareas cuasi administrativas. Y yo ya tenía 19 años en el diario pero cuarenta de oficio periodístico y no lo iba a permitir. A mí me venían acosando desde hacía mucho, justamente cada vez con más intensidad desde aquella defensa a rajatablas de los compañeros despedidos del 2000. Y me decís que nunca puse la cara con los de arriba… No tenés derecho. ¿Y por qué creés que venía congeladísimo desde hace tiempo? Le podés preguntar por ejemplo a Julio Marini, cuando me echó de Deportes siendo una de las principales firmas. Marini fue uno de los tipos que más periodistas hizo echar y no sólo de Deportes sino del diario. Y como no podía fallar, vos y los muchachos de esta comisión publicó un comunicado en su defensa cuando se fue del diario vaya uno a saber por qué facturas impagas en medios de las roscas de la conducción del diario. También, mientras la empresa incumplía e incumplía todos los penosos acuerdos paritarios que firmaba la UTPBA, en vez de enfrentar con firmeza tanto desprecio empresarial, la comisión interna sacaba un comunicado de repudio a Capitanich por romper un ejemplar de Clarín en una conferencia de prensa. Fue un apoyo furioso a la patronal en su pelea con el Gobierno. Increíble… Decir que fue otro acto bochornoso de esta comisión es poco. No te imaginás todas las voces de indignación que me llegaron. Como me llegaba diariamente de parte de compañeros la repetida frase: “esta comisión interna no existe, desde que está nos va peor”. Y claro: desde que asumieron se empezó a pagar el sueldo más tarde, el aguinaldo más tarde, y en los tres años o un poco más que lleva está comisión, se ha perdido casi un 50 por ciento del salario, por el otorgamiento de aumentos muy inferiores a la inflación. ¿Qué casualidad, no?
¿Y recordás cuánto tiempo estuvimos trabajando y reuniéndonos para que en Clarín hubiera otra vez comisión interna, después del brutal descabezamiento del 2000? ¿Y cuando todos parecíamos llegar a un acuerdo pero de golpe apareció gente extraña y aparecieron los de la UTPBA? Sí, claro, no habrás olvidado que unos traidores (algunos son compañeros tuyos en la comisión interna, otros, como dos hermanos, aprovecharon para acomodarse en la empresa) mandaron a perejiles a rogarme que me bajara de mi intención de ser delegado. Que ni la empresa ni la UTPBA iban a permitir la conformación de una comisión interna, si yo formaba parte de ella. Di el paso atrás con la promesa de que se armaría una comisión interna de lucha. Y en la última asamblea realizada en AGRA (Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina) me di cuenta del espanto: la UTPBA tenía la lista de los integrantes que la empresa aprobaba.
Y después entonces llegó la entrega permanente, como ésta que me hizo reaccionar cuando la publicás como una hazaña en facebook, Gerardo, festejando de nuevo una reiterada mesa de diálogo con las autoridades de Clarín que indefectiblemente concluye en retrocesos para los trabajadores. Y como te molesta mi amor y mi verdad, saliste a agraviarme, a decir una mentira tras otra. Y te las dejé puestas en mi muro tres días, Gerardo, para ver si alguien te acompañaba, pero no, nadie. Pero ya está, ahora me empujás a decir lo que siempre quise y lo decía parcialmente para no hacérsela todavía más fácil a la empresa. Esta es mi respuesta a tu injuria, ahora que hace un año que otra vez abandonaste, como en el 2000, y te metiste de delegado junto aquellos compañeros que nos habían traicionado tres años atrás. Pero es el lugar más cálido de hoy en Clarín, sabés que tenés inmunidad gremial y no te pueden echar y jamás lo van a hacer, claro: por eso se renuevan a lista cerrada, no sea cosa que se infiltre alguien que se le ocurra enfrentar con decisiones firmes el gran vaciamiento humano y profesional de Clarín.
Ahora se juntan a dialogar otra vez con las autoridades del diario, a tomar café. Se te ve contento, Gerardo, a vos y al resto de los muchachos: no es para menos, ya no voy a estar para levantar la mano y decirles lo que son.

miércoles, 22 de abril de 2015

Amputado


Amputado voy, sin rima ni causa
Todos sienten menos yo
No tengo amor no lo encuentro
Estoy enfermo de amor
Porque vivo enamorado de cualquier insecto
Del atardecer vacío en la ciudad que me ataca
Imagino el reencuentro del anochecer con nadie
Hay abrazos y citas, emociones, y yo paso de largo
Siempre la maldita condena que no me permite amar
Habré sido excomulgado en otra vida por amar el amor de otro
Eso es lo que creo sin creer porque yo no creo en nada
Salvo en esos labios demasiados lejanos que parece que besé
¿Habré besado? Ya ni sé cómo hacer la mueca de aparentar enamorado
No puedo volver a la estrategia difundida de querer
No sé qué hacer, tanto sin amar que me siento extraño

jueves, 16 de abril de 2015

Mi carta de despedida a la redacción de Clarín

Y llegó el día en que dejé de pasar por esa puerta de la calle Tacuarí. Fueron 19 años pasando, fue un tiempo en el que con atildada aplicación me fueron desmoronando la voluntad, el deseo, la profesión. Entré por primera vez con el alma entre fuegos con la ilusión de poder ejercer el periodismo en tan vasta tribuna. Iba a poder decir, escribir, para muchos. Estaba feliz porque un diario tan poderoso como Clarín me invitaba a ser parte de sus filas aún conociendo de mi amor por la libertad, de mis enojos con la injusticia. Es que yo ya venía de desandar redacciones, pero llegar a Clarín era como tener el cielo ahí nomás. Era “llegar”, recuerdo que me decían, “si entraste a Clarín llegaste”, repetían convenciéndome de que había arribado a la cima.
Dijo Scott Fitzgerald que “toda vida es un proceso de demolición”. Digo yo ahora después de 19 años, que Clarín demuele lentamente las ambiciones de su personal, va limando la autoestima, y como yo y como tantos, tarde o temprano tenemos marcado el destino de vagar en las postrimerías de sus laberintos sin señales de fe, sin saber qué somos, y terminamos preguntándonos qué es lo que hacemos en un diario si ya no nos consideramos periodistas.
Nunca me voy a olvidar de la época en que me dejaban escribir: si la nota tenía repercusión en las radios y era ponderada sabía lo que me esperaba. Me recibían caras largas, y en algunas de esas oportunidades me mandaban a hacer suplencias a obituarios y servicio metereológico. Como ahora, antes de decirle finalmente adiós a Clarín. Querían obligarme a hacer el siguiente trabajo: pegar cartas de lectores previamente seleccionadas. Después de 35 años de oficio, ése era el reconocimiento…
Es que la única estrella en el firmamento debe ser Clarín, hay que estar dispuesto a seguir sus vaivenes ideológicos y empresariales a costa del propio vuelo. Pero lo que no se entiende en Clarín, y ahora menos que nunca, es que no promueva a sus periodistas a que apunten a la calidad de cada texto, a la profundización del periodismo, a la investigación, a la creatividad. ¿Quién dijo que la gente ya no quiere leer? ¿Quién dijo que la gente pide cadáveres sobre cadáveres? ¿Quién dijo que hasta la información más pueril deba ser manipulada? ¿Quién dijo que todo está perdido?
De todas maneras conmigo casi que lo consiguieron. Para mí parece todo perdido. Me cuesta creer en algo que huela parecido a periodismo. Ahora que estoy afuera quisiera ser hombre rana, deshollinador, cazafantasma o vendedor de lotes en la luna, pero periodista no por favor, me arrancaron las ganas.

Adiós

domingo, 12 de abril de 2015

El amor

(De la colección decirlo en cuatro párrafos)
Creo que entre las incomprensiones de la humanidad, se ubica en un lugar de privilegio la consideración de la palabra “amor”, de lo que consideramos que es y no es. ¿Por qué solemos pensar en esa palabra únicamente cuando tenemos una relación profunda con otra persona, pero siempre y cuando en algún momento con esa persona compartamos la actividad sexual? Yo no tengo sexo con mi perra pero la amo, diríamos, para parecer bien humano. Amé, si se quiere, y hasta de manera inaudita, a dos amigos que por la inexistencia de dios ya no andan por acá. Amé a cada uno de los que me brindaron su cariño con una palabra, cuando me solté de las torturas profesionales de Clarín. Pero ya se me pasó, los quiero pero no los amo. El amor no es lo que creemos que es.
Lo que decimos amor es esa noche en la que como a Borges, nos dolió una mujer o un hombre en todo el cuerpo; en esa noche en que nos desvelamos rastreándoles cráteres a la luna, en la misma noche que escribimos ardientes, por ella o para él, incesantes versos sin métrica ni rima. Papeles que siempre supieron de su destino amarillento y de olvido. Es que si el amor fuera como creemos, viviríamos escribiéndole, sacándole fotos como le sacamos a nuestra perra, a nuestro equipo de fútbol, a nuestros amigos. Al poco tiempo, a quien llamamos amor, va quedando fuera de cuadro. El amor es una palabra que perdura, pero lo que no perdura es el amor.
Perdura la lucha, por citar un ejemplo. Hay quienes como Ernesto Guevara amaron principalmente luchar y a Hilda y Aleida, sus esposas, les dedicó, claro, esa inexorable noche de luna crepitante, y luego respeto, cariño y admiración, pero ya se tratan de tres palabras distintas. La escritora Simone de Beauvoir, se enamoró del filósofo Jean Paul Sartre a los 21 años y estuvieron cincuenta años juntos pero nunca se despertaron en la misma cama, ni bajo el mismo techo e hicieron ese verdadero amor que vale un rato con diversas personas. Tal vez sean casos extremos porque ella fue una ardorosa militante del feminismo y no se iba permitir servir a nadie, ni a Sartre. Y acabamos de mencionar otras dos palabras que no tienen que ver con el amor que creemos: enamorarse, servir. Gran parte de nuestra sociedad piensa en el amor aferrando como un prófugo al enamoramiento, porque sabe que la maldita luna se cubre rápido de nubes y a veces muy oscuras.
Sería fantástico que el amor fuera como lo pensamos. Andaríamos besándonos todo el tiempo olvidándonos del tiempo. No habría manera de pensar en hacer el mal. No habría mentiras de amor…

domingo, 22 de marzo de 2015

Voy a hablar conmigo

-Creo  que algunos dejaron de valorarte por no pertenecer a una empresa.
-Creo que no hay menor solidaridad que entre periodistas
-Creo que así, y ante tanta esclavitud profesional, no quiero ser periodista.
-Cuando firmaba se acercaban, tanta GENTE pelotuda no puede haber.
-Creo que me cansa hablar del tema, tu oficio se acabó.
-Dejame pensar en el amor, es más elevado  que el periodismo
-Claro, qué importa quién dice y qué hace si triunfa la emoción
-No sé si es amor porque esta palabra obliga, y un pequeño sentir muere obligado
-Entonces la vida es no tomarla en serio, si lo que se dice y lo que se siente se desvanece
-Lo único que hay qué hacer es apuntar a la gente que hace daño, a los falsos, a los simuladores
-Y con fortuna tener unos amigos, uno, dos, tres, y cada tanto un beso robado
-Y conseguir si se puede el sustento digno en una humanidad desigualada
-Y escribir si te gusta, y pintar si te gusta, y si es clave tu sexualidad, qué importa, bello/a
-Y si sos comerciante no cagues, y si sos dirigente no defraudes,
-Y si tenés anclado tu deseo en la ostentación,
-Pegate un tiro, que nadie recordará tu polvo blanco y ni tu mente
-Romperán tus cajones no buscando poesías, sino tus billetes verdes.