miércoles, 29 de mayo de 2013

Conversaciones con mi perra II

Antes de dormirse me repite que nada ni nadie es demasiado como para esta pena
Que de esta tarde al sol en la plaza están hechos los mejores momentos
Y que cuando hay tanto esfuerzo y artificio hay que abandonar pronto
Porque la vida sino es un permanente e insoluble camino doloroso
Suele ponerse así de profunda mi perra, antes de dormirse y cuando le regalo algo dulce
Yo le contesto que tiene razón, pero que uno se termina apegando con furia a la soledad
Y eso no parece lo correcto Pero ella bostezando me pregunta por qué cuando no hay otro remedio
La vuelvo a consentir y le extiendo el último pedacito de chocolate
Y ahí se inspira para la frase final: cuando se puede somos felices con otros seres, si no se puede hay que darle belleza a la soledad
Le digo que tal vez pero ya suspira soñando y por suerte no me ve cuando vuelvo a derramar
Otra lágrima inútil

viernes, 17 de mayo de 2013

Mi primo Gustavo no celebra la muerte de Videla

Mi primo Gustavo vuelve a aparecer aún desaparecido, para decirme que su pena por la muerte de Videla no es pena terrenal porque a él ya lo alcanzaron jirones de eternidad, que no celebra el fin de un tirano porque los tiranos son apenas polvo sucio que hay que estar atentos de sacudir siempre de la entretela de nuestros pensamientos. Gustavo vuelve a aparecer porque nunca dejará de hacerlo, y me dice bajo que lo mejor hubiera sido que Videla hubiera vivido dos siglos, para que al fin dijera tanto horror que se guardó, y para que las nuevas generaciones supieran que ahí estaba en la cárcel común, juzgado y condenado, lo contrario a la bondad, la solidaridad, la inteligencia, la paz, la valentía, la honradez. Gustavo me dice que no hay fiesta en el cielo, porque la lucha no he terminado, porque aún hay privilegiados y marginados y la igualdad sigue siendo un anhelo que aún anda lejos. Pero acepta que Paco Urondo anda recitando unos versos, Walsh ensimismado escribe prosa y Osterheld dibuja a Buenos Aires libre de su peor fantasma...

domingo, 12 de mayo de 2013

Conversaciones con mi perra

Me ve y entiende que es esa música que me conmeuve.
Se duerme tranquila si hay alguien que sensatamente promueve una revolución.
Comparte brillos de ojos ante el nuevo libro comprado, y sabe que un pedazo de carne será suyo.
Sabe leer mi cara pobre en la rutina de la llegada. Suele ver resignación, pero de todas maneras va con mohines si aún presiente una mueca de sonrisa.
No hay peor encuentro que un abrazo con la nada. Se recluye y vamos a dormir los dos la siesta.
Cada tanto se pone de fiesta porque yo lo estoy. Cada tanto me reestablezco por sus revuelcos y sus patas firmes que se alzan para compartir.
Finge volverse a despertar cuando por fin me despierto. De a saltos viene a hacerme creer que es feliz y que yo también puedo serlo.
Le quiero decir que hoy obtuve una verdad, y me tiro sobre ella jugando. Se pone feliz y la salpíco con agua del lavatorio como solemos divertirnos cuando estamos divertidos.
Después de un rato, casi con ojos inundados de sangre, subida al sillón, ya sabe que todo pasó y pide permiso para dormir.
Ella se sacude en el sueño y yo estoy a punto de entrar a mis pesadillas. De alguna manera todavía sé que volveré y ella también.
Con problemas importantes nos hacemos un bollo, vos el cuerpo, yo el corazón que me queda. Tal vez pasa demasiado sin vernos, hasta que la correa vuela y volvemos a la plaza.
Sabés que estoy como estoy.Decís lo mismo. Pero vos y yo tuvimos hoy algún sol y algún afecto, y por ahora alcanza…