miércoles, 27 de enero de 2010

Renuncio a Facebook (otro error de dos semanas)

Renuncio a este juego vanidoso. Cuando hablo de los chicos que nos necesitan, salvo mi sobrina Jimena, todos se callan. Y me mandan vírgenes de la fortuna y no sé qué otras cosas. No manden más propaganda del sistema, generen algo! Vayan al frente. Basta de estar con las patas llenas de venas frente a la computadora. Los que quieran cambiar algo, que lo hagan. Los que quieran amar a otros, adelante. Ojalá que yo mismo me perdone por haber entrado en este juego que el Poder fomenta. Como la TV imbécil, como el resto de los medios imbéciles. Hay que estar sentaditos para no ver el desastre. A mi amigo, a mi hermana, a quien yo anhele, buscaré cara a cara, entre vientos, latiendo. No quiero herirlos, pero este mecanismo es otra forma de alejarnos. Ya no nos decimos las cosas, nos sugerimos por acá . Perdón Che y Borges por haber puesto sus caras. Adiós, en facebook no me van a encontrar más.

sábado, 16 de enero de 2010

Encorsetados

Se me metió una mujer desde los pies. Intensa se zambulló a la noche por las uñas. Soñaba con ella sin cesar, pero mis huesos se retorcían. Desperté y ella ya iba nadando por mis venas, y se aprestaba a bucear en el corazón. Llegó para retorcerme de punta a punta. Me flameaba el pecho, y así, de a poco, mi cabeza empezaba a hervir. Me acordé de Borges cuando le dolió una mujer en todo el cuerpo. A mí se me metió una mujer en todo el cuerpo. Descartó visceras e ignoró horrores. Ella dejó caer su alma sobre la mía. Quedamos apretados como en un subterráneo de las siete. Cuando podemos mover la cabeza nos miramos con fugacidad, y los labios, ante algún sacudón, con temblor se rozan. Intentamos tomarnos las manos, pero no encajan. Por fin tengo ganas de no morir aunque no pueda verla, de tan agitados y encorsados que estamos, rectos y apretados con los corazones que ya intercambian arterias. Somos dos en uno. Ya no podemos ir a ningún lugar sin nosotros.

martes, 12 de enero de 2010

La última

Es el infierno, lo noto por el vacío. ¿Pero qué haces aquí buscándome entre abismos y ambiciones? Se nos resbalan las manos, no, no puedo tomarte. Es el ácido que cae y que despega todo lo humano y lo acaba. Escapa, aún tu corazón tiene un ritmo sano. Crepúsculos y bandadas de hombres repelentes nos sobrevuelan. Ya no va quedando luz, ya no hay verdad ni sonrisa. El infierno ríe risotadas y ya llegan sus zombies a arrancarnos con picos y palas los últimos pensamientos. Lo importante es que te salves, porque a mitad de la caída supiste entender y tu juventud te implora una oportunidad. Eres casi única. ¿O existe alguien más que construya un amparo así a su cornisa? No insistas que yo resbalo. Salta a la resistencia. El mundo que conocimos está muerto. Toneladas de dinero, armas y riquezas vomitadas arman el carnaval decadente en la ciénaga definitiva. Ve y corre desde tu salvado encanto hacia el único rincón que han dejado en el olvido. Los benditos no se rinden, y entre tanto fuego incesante tú te has rebelado. Eres la última.

domingo, 3 de enero de 2010

2010

Todos mentimos. Año nuevo vida vieja. Nada cambia; hay quienes tienen suerte y se lamen las heridas y bendicen estar vivos. Pero estamos los otros, descreídos, que deseamos ahogarnos en todas las pieles, tocar y tocar, y no sabemos quiénes son y qué importa. Nos estamos poniendo viejos, no encontramos la revolución. Queremos decirnos de todo, y no nos decimos. Basta de fingir, estamos mintiendo. Hay que ver que nos estamos poniendo mayores. Parece uno de los últimos consuelos, hagamos algo. Que no nos importe nada. La cabeza volando y lo que nos queda del cuerpo también. Qué podemos hacer sino le damos una mano de pintura a la utopía. No estamos viejos pero nos obligan al desencanto. El sistema hace viejos a los lactantes.
Llegó 2010 y es lo mismo. El planeta se descascara, los abrazos se ausentan, y uno respira amor por todos los resquicios porque el amor brota igual aunque el terror a la caricia lo pise, y lo pise y más y más. Y en algún lugar la caricia llora, pero el amor insiste, insiste...
¡Feliz bienvenida, nada!