martes, 12 de enero de 2010

La última

Es el infierno, lo noto por el vacío. ¿Pero qué haces aquí buscándome entre abismos y ambiciones? Se nos resbalan las manos, no, no puedo tomarte. Es el ácido que cae y que despega todo lo humano y lo acaba. Escapa, aún tu corazón tiene un ritmo sano. Crepúsculos y bandadas de hombres repelentes nos sobrevuelan. Ya no va quedando luz, ya no hay verdad ni sonrisa. El infierno ríe risotadas y ya llegan sus zombies a arrancarnos con picos y palas los últimos pensamientos. Lo importante es que te salves, porque a mitad de la caída supiste entender y tu juventud te implora una oportunidad. Eres casi única. ¿O existe alguien más que construya un amparo así a su cornisa? No insistas que yo resbalo. Salta a la resistencia. El mundo que conocimos está muerto. Toneladas de dinero, armas y riquezas vomitadas arman el carnaval decadente en la ciénaga definitiva. Ve y corre desde tu salvado encanto hacia el único rincón que han dejado en el olvido. Los benditos no se rinden, y entre tanto fuego incesante tú te has rebelado. Eres la última.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay muchas últimas y los benditos se rinden.
C. E.