domingo, 3 de enero de 2010

2010

Todos mentimos. Año nuevo vida vieja. Nada cambia; hay quienes tienen suerte y se lamen las heridas y bendicen estar vivos. Pero estamos los otros, descreídos, que deseamos ahogarnos en todas las pieles, tocar y tocar, y no sabemos quiénes son y qué importa. Nos estamos poniendo viejos, no encontramos la revolución. Queremos decirnos de todo, y no nos decimos. Basta de fingir, estamos mintiendo. Hay que ver que nos estamos poniendo mayores. Parece uno de los últimos consuelos, hagamos algo. Que no nos importe nada. La cabeza volando y lo que nos queda del cuerpo también. Qué podemos hacer sino le damos una mano de pintura a la utopía. No estamos viejos pero nos obligan al desencanto. El sistema hace viejos a los lactantes.
Llegó 2010 y es lo mismo. El planeta se descascara, los abrazos se ausentan, y uno respira amor por todos los resquicios porque el amor brota igual aunque el terror a la caricia lo pise, y lo pise y más y más. Y en algún lugar la caricia llora, pero el amor insiste, insiste...
¡Feliz bienvenida, nada!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido MES, es sencilla y cruelmente hermoso y cierto, me pego duro. Un beso enorme,
Gra

Anónimo dijo...

"somos fantasmas peleandole al viento"
A pesar de todo, hay que seguir creyendo y amando. Para mí, los reyes y Papá Noel existen!