martes, 28 de diciembre de 2010

Feliz año nuevo

Feliz año nuevo de desventuras. Se van acabando los recipientes de mi desgaste, pero mientras el mundo gira su lujuria del desguace. Ya casi no hay aire y celebramos con las copas bien altas nuestro cinismo. Nos amamos entre deshechos de apuros. Estamos hartos pero brindamos por la hipocresía extrema de creernos sensatos. Infaustas felicidades vendrán pero nos distraemos mintiéndonos por un sorbo de morbo. Asqueados a veces rodamos hasta matarnos. Pero entre sospechas de conjuros y frisos manchados en jugosos muros, nos arreglamos para la fiesta. Que de todas maneras está peor, por el hábito de tu ausencia.

martes, 14 de diciembre de 2010

Escribo para vos

Escribo sólo para vos, en mi calabozo. Y ella lee mi desgracia de desearla, son clavos en mi espalda que cada día te recuerdan. Escribo solamente para que seas la que me leas. Es el misterio de juntar esbozos dibujados de letras que tienen un efímero destino: mueren de pena tras tu lectura trajinada. Trato de seguirte con la débil belleza que me queda de algunos versos, para tu respuesta de nuevos amores que seguiré cada día esperando el naufragio. Entre tanto tus caídas y derrumbes, navegan mis palabras desesperadas por ser leídas en la controversia de tus ojos, que al enfrentarme me hieren, tan ausentes, pero que en mi ausencia anhelan estas letras que por fin lo digan todo y nada.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Que me bese

Tengo una rareza en la sangre. Pasan los años, las sangrías, los muertos, tanto fracaso querido, el desierto, el cuerpo mutilado, el deshecho, derrumbes cotidianos, pero mi sangre fluye, recorre, y sigue, alborotada. Soy capaz de levantarle la estima a la piedra, y al opuesto, esa mirada clara tan inasible sostenida por pieles incesantes. Sé que soy el destierro, pero vuelvo si eriza una poesía, y si un escote se hace cima al vislumbrase entre las rimas. Pero como siempre, el testigo del minuto que no para, cuenta que no es nada. Felicidad acabada soy yo. Reír es un minuto menos, llorar, lo mismo. Vamos del brazo con quien sea, pero que al llegar me bese.

martes, 30 de noviembre de 2010

Decoro

Desplante. Vaciar por fin la vida. Sacudirla de desprecios y de repetidos amores fallidos. Libre, el aire juega sin prejuicios por todo el cuerpo y a nadie hay que explicar. Romper palabras y gritarlas contra el muro de lo ausentes para sentir como antes, en los principios, cuando todo era vena y capricho, y hoy volver a ser demente pero los truenos, las bocinas y el desconcierto dejan solo. Está llena de distraídos la calle. Discuten, van y vienen, obedecen, engañan, repletan de billetes las cuentas, y cuando se acuerdan dan el diezmo de la limosna. Mercenarios de un paseo en coche venden hasta la vida.
Mientras tanto, la soledad que no es tal. Porque tan sin nada se zambulle desierta entre las estrellas de su noche, y el día, cada tanto, la somete a una flor, que no es tu aroma ni es la tuya, pero que me envuelve en el decoro, en mi poco.

martes, 23 de noviembre de 2010

A Isabelle Huppert (después de verla en Villa Amalia)

Fui a verte al cine, y diversas tramas coincidieron para que tú, Isabelle, me encontraras a solas. Abrieron para mí la sala, y yo golpeaba impaciente el suelo con mis tacos porque no debía prefigurar nada. Nada de trozos de filmes ni propagandas, nada de posturas ni lecturas de programas inútiles, nada de otra ensamblada pareja en el medio de otras parejas. Nada. Isabelle y yo. Yo en la sala sola y tú sola en el mar; yo solo mirando otra vez tu entrenamiento erótico del piano, mientras rodea la vejez y no se atreve a perforar la porcelana impasible de tu cara. Esa cara irrepetible, que a punto de deshacerse naufraga y revive en la hondura celeste de los ojos. Increíble Isabelle. Y yo que en mis apuros te creía casi muerta, en el desierto del descanso, en la vejez apurada y en la nada.
Vas dejando todo sin dejar, hundida en el mar sin morir, y abrazando la única piel posible para esos instantes en que te inflamas y nada de lo que te rodea puede alcanzarte. Flaco tu andar, y chueco de atrás, pareces una adolescente en dieta y no tienes nada y los tienes todo, y yo casi grito por atraparte cuando vas a fallecer, pero otras vez lo mismo, parece que te vas, que ya está, pero vuelves lacónica, tan bella y francesa.
Que no se acaben tus películas. Te amo. Y por fin nos dejaron solos.

jueves, 11 de noviembre de 2010

La noche antes (mi despedida a Paul)

Me siento raro después de despedirme de Paul. Con una melancolía que me abraza y que anoche lagrimeaba junto al piano del amigo en Let it be, mientras mi cabeza era una película pasada de revoluciones, en la que me veía niño, adolescente, riendo a carcajadas entre abrazos con mi madre; haciéndome más amigo de mi padre cuando se resignaba con gusto al sonido fuerte de mis parlantes Turner; escuchando con admiración a mi primo Gustavo, que rasgueaba su guitarra criolla y aparecían muy parecidas a las originales las melodías beatles. Es como que quedé más solo, como si ahora sí debiera resignarme a la adultez: se acabó la vida en llamas, esa que me dio felicidad pero también quemó todo alrededor. Porque uno es de la generación que llegó tarde a todo, inclusive al Paul potente de su juventud, a los mismos Beatles. Porque en los ’60 yo era un pibe que apenas me despabilaba en los potreros con una pelota remendada; y en la agonía de esa majestuosa década recién comenzaba a vibrar con la cercanía de una mujer bailando un lento en un “asalto” vespertino. Recién promediando los ’70 descubrí a Los Beatles, pero ya no estaban. Me abracé con furor a su música y andaba bailando y cantando pero mi primo no lo hacía más y mis viejos envejecían sin avisar. Cuando dejé de bailar porque hasta Paul no cantaba, entendí que se alteraba el sol, que oscurecía de día. Tarde, como acostumbra mi generación, me dí cuenta por qué eran insistentes mis sueños con sangre.
La vida después fue otra con el amor, los hijos y el trabajo; un hogar, una casa, un proyecto a medio terminar pero aquel sedimento tardío de la música y el dolor me transformó en el sabio de hoy que nadie atiende: estoy lejos de los jóvenes y no soy anciano.
Fue un “largo y sinuoso camino”, es cierto Paul. Yo sé que no volverás, porque ahora, recién ahora, ya nadie puede engañarme. Y me pesa la noche de ayer, a tus 68 años viniste a recordarme todo lo que pasó, pero también a decirme que la “gira mágica y misteriosa” se va acabando. Mis viejos ya no están, mi primo Gustavo es uno de los treinta mil desaparecidos, y yo, Paul, te juro, me quedo mucho más solo con tu partida.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Estándar

Esta especie engaña. Besos y fiestas después se calculan, y se trazan reglas de edades y vientos, y de coincidencias de mermeladas. Qué rara es esa imagen que habla entre escuadras, que insiste con libertades, pero es estándar, estándar.

martes, 2 de noviembre de 2010

Una nueva Patria inmensa

Propongo derretir las fronteras de la América latina con el fuego de los pueblos, de esos pueblos que son capaces de llorar sin rubores a sus líderes, de esos pueblos que han dado su sangre a ríos de lucha, de esos pueblos trabajadores que ni han recibido la ventaja de una brisa, y que se han ganado el pan de cada día con el aliento mayor de besar en la frente al hijo.
Que se derrumben las fronteras en terremotos de hermandad, que el Pacífico y el Atlántico se fundan en un mar de miradas sonrientes y que en nuestra América profunda broten las flores de la solidaridad por ser uno, todos uno. La gran patria de San Martín y Bolívar,de Sandino y el Che, de Martí, de todos los pueblos originarios que renacerán de sus cenizas briosas que pisarán los huesos del cipayo conquistador.
Que desaparezcan las fronteras y aparezcan los desaparecidos, para que marchen triunfantes a través de campos y montañas, lagos y planicies, y se reúnan entre tanto valle maravilloso a celebrar la nueva vida. Aquellos muertos torturados de lo que era Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua serán el ejército de la memoria, y ya no habrá más noche en la América latina, ni roedores siniestros, ni cuervos.
Que la moneda se llame “latinoamericana” y que circule en las manos más curtidas, que vista, alimente, eduque, cultive y que no abunde en unos más que en otros; se acabarán obscenos millonarios, y será sólo un dolor curado, un mal recuerdo, los terratenientes.
Y que el subcontinente hirviente elija un triunvirato que gobierne, que elija entre Correa, Cristina, Chávez, Evo, Mujica y Dilma. La nueva patria inmensa tendrá la constitución de los libres y de los iguales, y no habrá ni credo ni color que distinga porque la alegría perdurará sobre el ruego, y el arco iris se nos pegará a la piel y ondulará como flamante bandera.
Nuestro gentilicio será definitivamente latinoamericanos. Y no habrá mundo ajeno que nos perturbe.

domingo, 31 de octubre de 2010

Néstor

Gustavo, mi primo, con otros 29.999 mil desaparecidos, están recibiendo a Néstor con los honores del cielo.

martes, 26 de octubre de 2010

Mariano Ferreyra

Rompieron de nuevo el amanecer. No hay excusa: somos la inferior escala animal. Pero Mariano quería escapar de la vulgaridad de su especie, y no lo dejó una turba mustia en su última degradación. Mariano tenía 23 años, una edad sospechada por el poder humanoide. Ese poder cuyo corazón gotea herrumbre, músculos mecánicos que sólo bombean lastimosas ambiciones hechas de eructo y metal.
Es que Mariano era distinto y se le notaba en su muerte de barba hacia el cielo como el Che, como Santillán, como tanta excepción que nos confirma la humanidad desecha. Era distinto Mariano porque indagaba, estudiaba, acariciaba su músculo cerebral con la suavidad de las páginas de un libro, porque luchaba y era solidario por nada. No esperaba pago ni ubicación, y muchos menos que le ataran las ansias por un soborno salarial. Los vertebrados con columnas de infectos no toleran a los Marianos, a los jóvenes, a la insolencia de la justicia. El poder no puede querer. Está hecho para la acumulación y la vergüenza del resto. Hubo una época de raros ejemplares de la especie que quisieron sublevarse. Como Mariano, fueron asesinados de a miles. Y la muerte sigue de ronda en los suburbios de la fiesta, porque hay que matar y condenar a los niños que se atreven con las migajas.
Mientras tanto esta rara vida sigue, con los ricos y su corte engordando, su poder apaleando, y la madre tierra desesperada que se pregunta por qué no son los animales superiores su protección.
Mariano Ferreyra: los perros, algunos gatos, y sus mayores felinos, leones, hermanos equinos, peces de toda estirpe, invertebrados, los que abundan en sus patas, y se sienten ejemplares bien alejados de los que se dicen dueños de la razón, te estamos recibiendo…

sábado, 23 de octubre de 2010

A Madres y Abuelas de Plaza de Mayo

Habrán sido hijos en la niebla, ese mundo inconcluso de los que pudieron ser. Sus padres estaban de planes, festejando al primogénito ya soñaban al hermano. Ellos tenían llamas en las pupilas y sus rostros eran porcelanas relucientes. La secuencia era la pasión por desmenuzar instantes. Repetían incesantemente las palabras justicia y verdad. Salieron a enfrentar al monstruo con las migajas del festín. Los mataron a veces abrazados, y otras veces de a uno jurando lealtad. Y los más chicos se quedaron por ahí, con suerte en la casa, con menos suerte por ahí. Hasta que llegaron ellas, mujeres eternas de pañuelos blancos parándose de frente ante la muerte negra. Y les pusieron piedras, y las mataron de bala y de dolor, pero siguieron buscando a los herederos de la gloria de seguir en vida, en esta vida. Se les vinieron los niños, niños grandes y más de cien, después del colmo de recobrar el sendero de migas que la espiga amiga les simuló.
Aún sobrevuelan cuervos sobre los pañuelos, siglo nuevo y sobrevuelan, ajados, patéticos, casi en coma, pero sobrevuelan. Faltan más hijos y nietos, faltan de nosotros, de los nuestros, para jugar en la plaza con juegos y palomas, para tener todas las caras nuevas de porcelana, para dejar de jugar con los muertos.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Censarte (con pequeñas correcciones)

Quiero censarte. Preguntarte por ejemplo qué capacidad tiene tu corazón para el olvido,
y si alguien alguna vez tuvo la ocurrencia de dejarte.
Preguntarte si has aprendido a escuchar las palabras enamoradas,
y si llevas la cuenta de suspiros de tus soñadores ambulantes.
Censarte para que me cuentes los colores de tu alma, los dientes de tu boca sofocante
y si has estudiado la antropología angelical de tu espalda.
Dirás a qué familia pertenecen esas mariposas que pestañean en tus ojos,
y a qué clase corresponde el hombre que conoce el talle de tu falda.
Deberás decirme la calidez de tus ambientes, si conviven contigo ilusiones florecientes o si te llegan abundantes facturas de fatiga.
Hagamos un censo con consenso. Entonces me abres la puerta con tu risa, me sirves tus perfumes en bandeja, y así completo la felicidad en mi planilla.

martes, 19 de octubre de 2010

Censarte

Quiero censarte. Preguntarte por ejemplo qué capacidad tiene tu corazón para el olvido,
y si alguien alguna vez tuvo la ocurrencia de dejarte.
Preguntarte si has aprendido a escuchar las palabras enamoradas,
y si llevas la cuenta de suspiros de tus soñadores ambulantes.
Censarte para que me cuentes los colores de tu alma, los dientes de tu boca sofocante
y si has estudiado la antropología angelical de tu espalda.
Dirás a qué familia pertenecen esas mariposas que pestañean en tus ojos,
y a qué clase corresponde el hombre que conoce el talle de tu falda.
Deberás decirme la calidez de tus ambientes, si conviven contigo ilusiones florecientes o si te llegan abundantes facturas de fatiga.
Hagamos un censo con consenso. Entonces me abres la puerta con tu risa, me sirves tus perfumes en bandeja, y así completo la felicidad en mi planilla.

viernes, 15 de octubre de 2010

Los millones de 33

Pobres mineros que debieron padecer lo imposible para ser vistos por el indecente poder. Siempre lleno de polvo sus futuros, enfermos sus pulmones, deben tolerar ahora el abrazo falso y una risa de máscara del mismo capital que los explota. Cobre que sacan los de abajo y lo cobran los de arriba. Empacho de cinismo en cámara, poses y palabras, pero serán cientos, miles, millones de 33 que seguirán envueltos de mugre y esclavos del trabajo forzado para que la fiesta de las hienas de la especie, continúe. La depredación humana urgirá pronto otros 33, para poner la zanahoria que idiotice un buen rato y que diga que personajes despreciables como Piñera y sus dos mil millones de dólares de fortuna, son algo bueno. Afiebrados, los medios de la corte convulsionaron para mostrar la grandeza de los 33. Pero se olvidan sin embargo a diario de la grandeza de tantos de vivir sin nada. Andan diciendo otra vez, de regreso a su sillón, que a los jóvenes y morochos hay que encerrarlos para que no roben lo que a sus amos les sobra, y que se niegan a repartir porque deberíamos saber que el mundo es de ellos. Como el mundo de abajo de las minas, como el de arriba de los satélites, como el que yace en el mar, como el mundo de cada día del pan. Hasta que millones de 33 afirmen que todo esto no volverá a repetirse.

jueves, 14 de octubre de 2010

Todos los asesinos de Matías

Por Andrea Homene *

A Matías Berardi lo asesinaron, según dicen hasta el momento los investigadores, los miembros de una familia que lo habían secuestrado para pedir 500 pesos de rescate: atrocidad injustificable que merece la más enérgica condena. Pero no fueron sólo ellos quienes terminaron con la vida de este chico de 16 años. A Matías lo asesinaron los vecinos, que lo vieron correr desesperado pidiendo ayuda pero, como era perseguido por otras personas que gritaban que les había robado (luego se sabría que eran sus secuestradores), no intervinieron para asistirlo.

También lo asesinaron los periodistas que instalan en el imaginario del público la idea de que los jóvenes son los responsables de todos los problemas de inseguridad. El remisero que no dudó en huir cuando vio al joven acercarse a su automóvil con intenciones de abordarlo también lo asesinó.

Lo mataron además quienes vieron cómo Matías era finalmente interceptado por un automóvil, subido a golpes, y no hicieron nada para evitarlo. También lo mató la policía, que alertada “porque un menor intentó asaltar a un remisero y luego fue subido a un auto”, hizo un breve recorrido por el barrio y se retiró. A Matías lo mató la clase media, que construye bunkers rodeados por doble alambrado electrificado para subrayar las diferencias entre un adentro habitado por los buenos ciudadanos y un afuera infectado de “malvivientes”.

Matías murió por ser un adolescente. Cargó, por un instante breve y fatal de su vida, con el estigma que cargan miles de adolescentes como él, que continuamente son agredidos, despreciados, maltratados, humillados, por los buenos ciudadanos que pagan sus impuestos y que reclaman airadamente bajar la edad de imputabilidad, endurecer las condenas (como si ser un adolescente de clase baja sin futuro ni ilusiones no fuera condena suficiente), que no salgan nunca más de la cárcel.

Existe otro Matías. Lo conozco. Está cumpliendo una probation. No vive en un barrio privado, no juega rugby, no asiste a un colegio bilingüe. Es morocho. Todos los días sale a vender productos de limpieza por la calle. Y casi todos los días la policía lo para, lo obliga a ponerse contra la pared, le hace abrir las piernas, someterse a la requisa, abrir su mochila, dejar caer su mercadería, soportar que se la pateen y juntar lo que queda de ella sin decir una sola palabra, porque, al menor atisbo de protesta por el atropello, pueden llevarlo a la comisaría por “resistencia a la autoridad”. Cualquier conflicto le haría perder la probation y podría derivar en su detención. El sabe que no puede reaccionar ante el funcionario policial; no puede defender su derecho a querer darle un curso diferente a su vida, a ganar honestamente el sustento de su familia. Debe callar y juntar del piso su mercadería pisoteada.

Los que creyeron que el otro Matías era un ladrón consideraron justo que fuera perseguido por sus presuntas víctimas y empujado al interior de un auto. A nadie se le ocurrió que, aun cuando hubiera cometido un delito, debía ser protegido de la persecución justiciera. Es más, si hubiera sido un ladrón, y sus víctimas, como ha sucedido, hubieran hecho “justicia” por mano propia, el discurso social ante la muerte del chico hubiera sido muy diferente. Los homicidas hubieran sido considerados casi como héroes. Difícilmente se hubiera establecido su responsabilidad y en el caso de que fueran identificados, un buen abogado habría logrado probar el “estado de emoción violenta” y así la inimputabilidad.

El otro Matías trata de sobrevivir en un medio que le es hostil y, cuando le pregunto qué necesita, contesta: “Una vida nueva”. Con este Matías, intentamos aún reparar todo el daño que se le ha hecho; que pueda algún día ilusionarse, desear, imaginar una vida en la que pueda andar libremente por la calle, trabajar, ir a bailar, sin tener que agachar la cabeza cuando la mirada del otro le dirige desprecio y burla.

* Psicoanalista. Perito psicóloga en una defensoría oficial del conurbano bonaerense.

sábado, 9 de octubre de 2010

43 años sin un ser irrepetible: el Che

El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor (Ernesto Che Guevara)

martes, 5 de octubre de 2010

Tarde

Llego tarde a todo. Escribo sin parar hasta en las fisuras del aire, y no lee nadie, la gente anda absorta en morir de una vez. Corro ese movimiento que vuela y no son mariposas sino cenizas de humanas secuelas. Trato de reír y es más fácil el llanto, o la mueca vulgar de seguir en dolor de muelas. Utopías morbosas puedo transformar en rosas si me dejan germinar semillas entre tantas rocas. Extenuado de este mundo sólo me queda tu sonrisa, pero te vas de prisa porque soy apenas un vicioso de la demora.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Mara

Tu tiempo era de cristal. Estalló infectado de pasión. Vigilé horas eternas el color de tus fluídos, y fue mi música incierta los ruidos en pantalla de tu corazón. Entre cables y agitaciones, intensivas terapias sin respuestas, te miré como si murieras y entonces juré tentaciones. De decir por fin que somos un virus de los dos, que se sufre por no ser otros y morimos sin nosotros. No movías pestañas y tu cuerpo eran sábanas. Tu cabeza estallaba…. Y estaba yo, sin tanto llanto, escuchando que te quedabas.
Una furia de tus conocidas entrañas trastabilló a la muerte. Y me llamaste y vinimos los dos a decirle que un amor así, no se mata de repente.

Ampollas

Verte me da ampollas y se me crea urticaria. Maldigo los años de más y de menos. Por más que haga lo imposible con lo posible, soy cada día parte del cesto de tus olvidos.

martes, 21 de septiembre de 2010

Traidores

El insistente tiempo te hace lento. Se pueden hacer millares de obras, pero no hay mayores universos que detecten tu movimiento. Y sin embargo danzan cerca tuyo los traidores, subalternos de esta especie malograda. No se saben qué buscan. Creen ser plenos por adueñarse de tus supuestos merecimientos. Pero todo es el reino de la nada, y mientras peleamos por miserables porciones de sustento, se van renovando, incesantes, humanas bandadas.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Sin sangrar

Sabemos que no hay desastre mayor que vivir. Sin embargo me envuelve la risa de un amigo, mis dedos rozan dedos, y no se sabe bien el motivo pero estalla la carcajada. Pero es siempre lo mismo. Yo me imagino queriéndote, y vos nada, eligiendo el desconsuelo de otras horas derrumbadas. Seamos felices sin las malditas perdices del desamor. Seamos conscientes de que el amor es de repente y que mientras tanto nadie sangra.

martes, 14 de septiembre de 2010

Rutina

El mundo es bueno porque me miraron sus ojos. Aunque sus ojos sean un derrame de dolor, y yo sea la insignificancia de volverme rutina y no entender.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Delirium

De perros, la vida debe acomodarse entre perros. Abrazarse a ellos, ir a trabajar con ellos, rascarse la panza para que sepan que estamos aburridos, revolcarnos y que la cola se nos agite para irnos. Perros geniales que nos lamen sin preguntar si es necesario preguntar tanto. Perros que con sus bocas entreabiertas saliban felicidad porque los perros son felices cuando se les ocurre. Cada vez menos me parezco a los de dos patas, que cagan sin avisar.
* * *
Esquirlas de pasados que no fueron. Inventos de una vida que se ahogó. Fuentes embriagando ausencias, incendios sin fuegos, ráfagas sin aire. La pálida emoción se adormece, letargo sobre letargo largo, días que se empecinan. ¿Qué es lo que quiere mostrar el tiempo? La impudicia del desgarro. Ansiada es la noche que envuelve en el sueño, y que nos cuenta el cuento que no es.
* * *
Estoy feliz de no estarlo. Me derrumbo en el sillón y mi perra me acaricia y me dice que no hay que dormir todavía. ¿Por qué? Porque dejé un libro sobre otro y están haciendo el amor. Fornican los libros y es un placer ver la prosa besada por el verso. Procrearán los libros millones de libros para que se atasque el pensamiento. Se me hace ruina la memoria. Estoy entendiendo que nadie entiende. Muy bien, pero ya ni hay chicas intelectuales.
* * *
Dicen por ahí que no hay tiempo para nada. Y a mí me parece que algo grave está pasando porque a los segundos de mirar el reloj, ya estoy en otro día. Me crecen las uñas de una rato para otro, y ni hablar del pelo y la barba. En este instante que escribo soy un hombre maduro, pero por la mañana mataba soldaditos de juguete. Tuve aplausos y al minuto el olvido. La fiebre del amor apenas es un silencio. A última hora temo que todo mi pelo sea blanco, y que al amanecer lloren sobre mi cama mis deudos.

Ultimatum

Expulso en un último intento las cenizas. Me abrazo al árbol fresco y el aire aún inventa torbellinos en mi cabeza. Agarré la vida antes de que caiga. Aprovechemos aún, que está distraído contando penas el destino.

La especie humana tiene recodos, rincones improbables donde la luz derrama su cansancio. Hay sonrisas que abarcan a buenos e impostores; los residuos se hacen flores, se abre paso insolente, un camino.

No quiero vivir vivando, no quiero vivir callando. Que el porvenir que está pasando no me permita el olvido, ni renegar en vano. Que sea una brisa que susurra lo que el mar va murmurando. Que pueda avivar el fuego, para encender la ternura y hacer arder los desencantos.

Una rima que me lleva, un amigo que me brinda, una mujer que me trae, a dormir llego tarde. Grito en la tribuna y grito por la hambruna de los conjurados al desmadre. Es muy frágil la conveniencia de mirar para otro lado. Es tenaz la conciencia: no seré pasivo horror, frente a la rutina del desastre.

Desideratum

Habrá gente decente y demente pero presente
Habrá gente consciente de repente y sonriente
Habrá gente competente y habrá gente delincuente
Habrá futuro suficiente para inventar un repelente
Y habrá gente pertinente para matar al gerente
Que miente

Memo el inolvidable

Siempre daban ganas de abrazarlo a Memo. Porque en ese abrazo uno celebraba la felicidad de una tarde con Defe, de amigos, de ascenso, barrio y fútbol, de sol y triunfo, de ilusión. Porque Memo era todo eso junto. Y su inolvidable grito de un “dale de” sin final, inaudito, único y hasta envidiado por las otras hinchadas, era el verdadero pitazo de que el partido había empezado. Qué tribuna se está armando en el cielo con Marquitos, el Gordo Toti, el otro Gordo Cacho, el Flaco Ritacco, Altieri, y ahora Memo, que bailará eternamente su carnaval sin esos compromisos terrenales que obligan a esconder la sonrisa. Memo era de comparsa y fútbol, de Saavedra y Defe, de llanto y grito. Llegó un momento en aquellos tiempos donde el ascenso le robaba la tarde al sábado, que Memo iba de visitante como pancho por su casa, y se metía de gorrito rojoinegro en bufetes extraños, y ahí se quedaba campante haciendo la previa ante la mirada respetuosa de los locales. Como antes, como era antes, Memo no toleraba la ausencia de códigos y a los irresponsables no los perdonaba. Alguna vez devolvió una bandera ajena obtenida por algún arrebato. Qué dijeran lo que dijeran, a él no le importaba. Era capaz de darse toda la vuelta, treparse al alambrado y restituirla. Pero también era capaz de abrirse la camisa para ponerle el pecho a algún ataque de grupos contrarios, para defender los trapos propios y esencialmente, a su gente. Pero de todas maneras Memo era un tipo que gustaba saludar más que pelear, besar más que atacar, separar más que agredir. Memo era un pintor de brocha gorda que aprovechó para pintarse para siempre su corazón de rojo y de negro. Su amor y lealtad por Defensores, su enorme pasión que provocaba que quedara temblando un rato después de cada partido, serán dificil de olvidar. Porque no se te olvidará, Memo. Tu inacabable grito retumba, va y viene, es el eco de los que no terminan de irse nunca.

El tren de la victoria, el libro de Cristina Zuker

Anudar recuerdos con otros recuerdos gracias al hilo de una obstinación inquebrantable por la verdad. Cristina Zuker –la pequeña mujer que continúa descorriendo velos– acaba de reeditar El tren de la victoria. La saga de los Zuker (Del Nuevo Extremo), que contiene un nuevo capítulo –seguramente provisorio– a modo de epílogo de esta crónica familiar y política con los ingredientes de una “tragedia” generacional –exilio, regreso y muerte– sobre el telón de fondo de la última dictadura militar. Su hermano, Ricardo, Pato o el Patito –como lo conocieron sus compañeros de militancia de las UES y en la JUP de Derecho– fue secuestrado el 29 de febrero de 1980 durante una cita en las inmediaciones de la estación Plaza Miserere junto a su mujer, Marta Libenson. Ambos integraban la Contraofensiva montonera. Estaban convencidos de que debían luchar contra la dictadura. Cargaban sobre sus espaldas con la pesada mochila de los compañeros muertos. Los llevaron a El Campito, el centro clandestino de Campo de Mayo. Los fusilaron unos meses después, en diciembre.

Han pasado siete años desde la publicación de esta obra indispensable para comprender los pormenores de esa época de exterminio y derrota. Después de las lecturas y repercusiones, el teléfono del departamento de Cristina trajo nuevos testimonios. El Lolo la llamó para contarle que había visto a Pato. Viajaron juntos en el mismo micro de San Pablo (Brasil) hasta Retiro. Fue el último en ver a Ricardo “antes de ingresar en el país del nunca jamás”, recuerda su hermana en el epílogo titulado “Treinta años después”.

Treinta años después de la desaparición de Ricardo se presenta la reedición de El tren de la victoria hoy a las 19 con Horacio González, Eduardo Jozami y Pepe Calcagno en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Y casi treinta años después volvió a sonar el teléfono. Una mujer quería hablar con Cristina. Tenía una historia para contarle. La única condición que puso fue que su nombre no trascendiera. Esa mujer tenía doce años a fines de los ’70. Su madre había sido pareja del militar Roberto Neri Madrid, que perteneció a la Caballería y trabajó en Campo de Mayo. Era un tipo que bebía mucho, una bestia sanguinaria que supuestamente se pegó un tiro en los ’90. “A veces caía con cosas: con documentaciones ocultas, pero a mí nunca me las dejaba ver –reproduce Zuker el relato de esa mujer–. Una vez mi mamá me mostró una, que tenía la fotografía de tu hermano, contándome que era el hijo del actor, ‘el Patito Zuker’. Estaba oculta en uno de esos ceniceros de doble fondo que había por esas épocas. Vi otros documentos de identidad, pero nunca supe a quiénes pertenecían. Recién cuando se emborrachaba, decía que todas esas cosas eran de subversivos que habían entrado desde Brasil, y que los tenían bien guardados.”

La madre y la hija declararon en el primer juicio que se llevó a cabo después de la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. “Tuvieron que vencer el terror de presentarse a declarar, estar ante el juez (Ariel) Lijo, contar las dos una historia patética de castigo, de maltrato, de violencia. Tuvieron que huir de la casa de Madrid, se llevaron lo puesto. Pero pudieron vencer ese miedo irracional que queda del castigador, aunque él se haya suicidado”, subraya Zuker.

–¿Qué reflexión puede hacer de lo que significa el testimonio de estas mujeres?
–Todavía hay mucha gente callada y con miedo. El pacto de silencio se trasladó a ámbitos más amplios que la casta militar. Frente a los juicios que en este momento se están llevando a cabo –ESMA, Córdoba, El Vesubio– deberían aparecer más testimonios, así como aparecieron estas dos mujeres. ¿Cuántos más podrían hablar? Mientras vivió mi padre tenía la esperanza de que alguien se acercara para contarle algo. Pero no ocurrió; era más fácil por haber sido un actor popular, porque no era tan difícil localizarlo, trabajaba en teatros, en canales de televisión. Nunca apareció nadie que pudiera aportar datos sobre mi hermano. Fue muy fuerte para mí presenciar esos testimonios, sobre todo el de las dos mujeres. Sentí un poco de pudor porque ellas estaban desnudando un aspecto de la intimidad de sus vidas con ese hombre de una violencia demencial. La hija me decía que estaba súper tranquila antes de declarar, pero tenía miedo por cómo iba a reaccionar su madre. Sin embargo, cuando declaró, temblaba como una hoja, se puso a llorar; la madre, en cambio, tenía una serenidad enorme cuando se refería a esa situación de violencia de la que habían sido víctimas. Hay mucha gente que no habló, que no habla. Y que prefiere no hablar.

–Ante esa decisión de no hablar, ¿qué se puede hacer?
–Lamentablemente ese pacto de silencio es inalterable. Cuando escuchás a Menéndez o a Videla ratificando lo que hicieron, te das cuenta de que hay una muralla muy difícil de trasponer. Ahí estuvo el “acierto”: en comprometer a todos, en conformar una suerte de corporación del crimen que incluía sin duda a las mujeres de los marinos. ¿Acaso esas mujeres no sabían que existía la ESMA? Sí que lo sabían. Y se hacían las tontas; algo que suelen hacer mucho las mujeres. Y más las mujeres de militares. En el caso de que pueda aparecer gente que se anime a hablar, sería más bien la excepción que la regla. En el final del libro planteo que la mayoría de los agentes civiles de inteligencia, que se infiltraban en fábricas, organizaciones sociales y facultades, siguen en el anonimato.

Cristina le pasa facturas a la conducción montonera. Le cuestiona una falta de visión política, la precariedad intelectual, el autoritarismo y la soberbia. “Lo que tengo siempre muy claro es que a mi hermano lo mató el Ejército. No los sobrevivientes de la conducción –aclara–. Cuando uno lee a Primo Levi, cuando lee Los hundidos y los salvados, cuando se instala en ese infierno a través de la lectura, debe volverse más generoso con el sobreviviente. Yo hice una investigación sobre Norma Arrostito en la ESMA y estuve con todo el ministaff, un grupo de ex montoneros más cercanos a los torturadores. Me contaba uno de ellos, Caín, que en un momento salió una compañera y le dijo: “¿Sabés qué hice? Entregué a Norma Arrostito”. Entregó a Norma Arrostito pero al día siguiente la trasladaron. Era una ruleta; habiendo entregado a una figura como Arrostito tal vez aspiraba a vivir. Pero no vivió”.

–¿Por qué cree que Firmenich no se hace cargo de la parte que le corresponde en esta historia?
–El paso a la clandestinidad de Montoneros empezó a marcar la masacre. Firmenich tiene mucho más responsabilidad que la que le corresponde sólo por la Contraofensiva. Con la Contraofensiva puso la música de la derrota, hizo un cierre casi operístico. Firmenich es lo suficientemente soberbio como para eludir asumir su parte en esta historia. Los militantes que se sumaron a la Contraofensiva estaban muy debilitados en el exilio. Muchos arrastraban otras muertes, como mi hermano con la muerte de nuestra madre, y no habían logrado insertarse. Y ellos fueron carne de cañón. La aventura de la Contraofensiva tiene tantos detalles que si uno los analiza minuciosamente son inverosímiles, como que el entrenamiento militar se haya realizado en el Líbano. ¿Por qué en el Líbano? ¿Qué situación se jugaba en el Líbano que se asimilaba a la que iban a encontrar aquí? Por todo esto tuve la tenacidad de reeditar el libro. No tengo ningún otro tipo de apetencia más que sostener permanentemente el recuerdo de mi hermano.

Página 12

Mi equipo, mi magia (escrito el 22 de agosto)

Son las tres y media de la madrugada y vuelvo de la madrugada. Estoy contento, inquieto, tengo ganas de contarle al sueño que atrapé despierto una de sus aventuras. Antes de dormirme debo decir que una de mis felicidades es feliz. Defensores está feliz. Es que juega casi como los misteriosos dioses que me envolverán dentro de un rato. Mi querido Defe por momentos tiene magia, encanto, canto, y cuando se le cansan las virtudes se arremanga y se tira a los pies del rival como si pelear una pelota fuera lo último que quedara.
Es un sueño con los ojos bien abiertos gritar el ole, ole, después de tanto, será desde de la época del Gaby Pereyra, o será de antes, con el ascenso al Nacional con Cochas y Gómez Barroche, o será de cuando estuvimos por ascender a Primera con Ronci, Galbán y Arbelo.
Hacía bastante tiempo que no veía la abrumadora superioridad de un equipo sobre otro, como ocurrió con Defensores ante un asombrado Almagro en el primer tiempo. Defensores no deja imaginar nada al contrario, es un mala leche, un aguafiestas, tiene cero onda con el rival porque le afana toda idea, se la rompe, y con esa obsesión que tiene de quedarse con la pelota, cuando la consigue la acaricia de aquí para allá y sino mete el estiletazo para el Bello Despierto Giménez, que baja todas, o cabecea todas, o hace lo que puede pero siempre jode a los rivales. Ayer pasó que pelotas que tenían dominadas los defensores contrarios, las perdían finalmente con el Tanque de puro susto nomás de cómo se les venía.
No voy a calificar esta vez (los números son inciertos), pero me permito hacer algunas consideraciones. Me parece que Defensores es así: estudia al rival hasta el cuarto de hora; después pone en marcha sus deseos, y tritura. En la primera parte de hoy apenas fue un gol. Pero su dominio fue un escándalo.
Sobró o se relajó al principio del arranque, y Almagro se vino con lo que pudo. Fueron casi 20 minutos de inquietud. La blasfemia mayor a la justicia hubiera sido un empate del visitante de José Ingenieros. Pero Della Picca, hizo, como nunca antes, tres cambios seguidos. Decíamos en la Techada que hacía falta alguien con buen pie para volver a manejar el ritmo del partido. Y entraron “Redondo” Sommariva, “Vaselina” Becica, y se dio el debut del “Maguito”González. ¡Tres pares de buenos pies! Se acabó el partido. Apareció el ole, y el segundo gol y la resolución de la jornada.
Los que entran mejoran; al fin después de tanto hay recambio y hambre, y nobleza por ganarse el salario en la cancha. Y los hinchas estamos felices… Aún en la madrugada.
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domingo, 5 de septiembre de 2010

Entre agonías

Hay que soñar antes de que despierte. Y en la vigilia me abrazan mezquindades, complicidades que no me importan. Hay que escuchar rock y blues, y a algunos clásicos, y revolcarse de felicidad sin felicidad. Respirar a fondo, el fondo, y antes de matarse, reír, y besar una boca y si no se puede pensar en una pared blanca sin nada, que la ráfaga acabe de una vez para siempre con lo que nadie escribió. Pero entre agonías vuelvo, para decirte que no te amo, que no sé qué hago escribiendo ésto, y que se acabe pronto estar despierto.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Baguala del desengaño

Dónde, decime dónde
lo encuentro al hombre lo quiero hallar.
Ay, ay, ay....

Lo busco en los caminos
...y en los montes tampoco está.
Ay, ay, ay...

Dicen que es una estrella
que muy cansada no alumbra más.
Viento que se hizo brisa
quedó sin fuerzas para soplar.

Dónde, decime dónde
lo encuentro al hombre lo quiero hallar.
Ay, ay, ay...

Dicen que es ave herida
que no puede volar.
Animal que está viejo
deja la lucha no aguanta más.

Dónde, decime dónde
lo encuentro al hombre lo quiero hallar.
Ay, ay, ay...

El hombre es un cerebro
que no obecede a su corazón.
Tiene miedo a la lluvia
y en la oficina le escapa al sol.

Dónde, decime dónde
lo encuentro al hombre lo quiero hallar.
Ay, ay, ay...

Dicen que en la ciudad perdido
dicen que se enterró
entre cemento y fierro
dicen que el hombre ya se murió.

Quiero encontrarlo y busco
y porque busco quiero creer
pero mis ojos lloran
están nublados no puedo ver.

Dónde, decime dónde
lo encuentro al hombre lo quiero hallar
Ay, ay, ay...

R. Barrionuevo

viernes, 27 de agosto de 2010

Papel sucio

PAPEL PRENSA. LA PEOR OPINIÓN ES EL SILENCIO

El efecto que el Grupo Clarín le imprime a la disputa con el Gobierno
nacional hace dudar a diversos actores sociales, políticos y económicos,
muchos de los cuales, por miedo, no se atreven a fijar posición. El
sindicato de prensa de CABA y Gran Buenos Aires, la Utpba, debe fijar su
posición, evitando repetir la lamentable actitud que mantuvo frente a los
despidos de Pablo Llonto, de la renovación de comisión interna en Clarín
en el año 2000 (y el posterior conflicto) o el actual conflicto de
Crítica, entre otros casos.

El tema de Papel Prensa y el avance monopólico sobre los medios gráficos
fue siempre una preocupación de los trabajadores de prensa.
Desde la recuperación de la democracia, los sindicatos de prensa y los
trabajadores fijamos posición contra lo que considerábamos un avance
empresarial que ponía en riesgo las fuentes de trabajo.

Época, La Voz, Tiempo Argentino, Sur, La Razón y hoy Crítica y diarios del
interior como La Mañana, Comercio y Justicia, El Diario de Villa María y
El Diario de Resistencia, entre otros, padecieron los avances neoliberales
y el manejo extorsivo por parte de Papel Prensa en la fijación del precio
del papel para diarios.

Más allá de los posicionamientos ideológicos de los empresarios que
manejaban estos diarios, de la distribución de la pauta oficial que
hicieron los diferentes gobiernos, los trabajadores de prensa vimos
reducidas nuestras fuentes de trabajo y hasta la calidad profesional por
la reducción de medios gráficos en todo el país.

Una de las causas de esta merma de Medios fue el precio del papel que,
según sus intereses económicos, manejaron Clarín y La Nación, con una
diferencia: Clarín se convirtió en un grupo económico que condicionó al
resto de los Medios. De hecho, Papel Prensa lo integraban La Nación,
Clarín y La Razón y este último -que peleó por su supervivencia en una
histórica lucha del gremio y de sus trabajadores- hoy es propiedad de
Clarín como lo es también su parte en las acciones de Papel Prensa.

Clarín utilizó su poder económico y político para monopolizar la
comunicación. Lo hizo con la televisión por cable, es licenciatario de más
de 260 señales, e impidió durante años que se convocara a concursos para
televisión. Avanzó con el control de las radios en todo el país, a través
de las presiones que ejerció desde ARPA para que cerraran las radios de
frecuencia modulada a las que tildaron de truchas e ilegales.
Y desde la dictadura militar donde también persiguió trabajadores (casi
todos los delegados de 1976 debieron exiliarse), el grupo Clarín se adueñó
de Papel Prensa sin compartir el manejo de la empresa con los dueños de
todos los diarios del país, a quienes condicionó, de ADEPA.

Los trabajadores de prensa de La Gremial fijamos posición.

El papel para diarios debe tener un precio igualitario y ninguna patronal
puede imponerle a otra un precio más caro que el que fija para sí; poder
dominante que impuso de la mano de acuerdos espurios y mafiosos logrados
con la dictadura militar de Videla, Massera y Martínez de Hoz.

Los compañeros de los diarios recuperados, Comercio y Justicia, El Diario
de Resistencia y El Diario de la Región de Villa María, lo padecen a
diario.

El Estado nacional debe garantizar un precio igualitario de acceso al papel.
Además del Estado, los trabajadores deben tener participación en esta
tarea. No sólo una comisión bicameral debe garantizar que se haga
justicia, los trabajadores de la comunicación también.

LA GREMIAL DE PRENSA (trabajadores de prensa en lucha para recuperar la
UTPBA para la defensa de los trabajadores)

www.lagremialdeprensa.com.ar

sábado, 17 de julio de 2010

...

qué se va a dónde va. Ligero espero que me canten el mismo final. Pero hay que sufrir tanto. Como tanto están disecados nuestros sentidos. Ir hacia la absurda vanidad. Vamos muriendo de a poco. No podemos ni salir al frío, porque el frío exige entusiasmo. Se murió el periodismo, las letras se esconden, sólo aparecen los utilitarios para estar con o en contra, por limosna. Todo mierda. Las mentes se pudren. Nosotros resistimos un poco más, pero nos pudrimos también. Nadie tomará en cuenta esto que ha pasado. ¿Quiénes somos nosotros? Nada. No hay compromiso. El Che entregó su vida. Redunda el naufragio. Andamos sin compañias en la insistencia de desierto.

jueves, 8 de julio de 2010

Seamos anticapitalistas (el capitalismo es una ideología satánica)

Millones de seres humanos no pueden satisfacer sus necesidades fundamentales. Les falta agua potable, comida en cantidad suficiente y alojamiento decente, y tampoco tienen acceso a la sanidad y a la educación. Por lo tanto, el sistema capitalista no consiguió mejorar la vida de la gente ni poner fin a las grandes plagas que hacen sufrir a la humanidad. Peor aún, en los últimos treinta años, es decir, desde la implantación del capitalismo neoliberal, la situación se ha degradado tanto en el Norte como el Sur del planeta. Al considerar la situación desde un punto de vista global, el balance del capitalismo es sumamente negativo.

"El hombre siempre hizo la guerra"; "el hombre es fundamentalmente egoísta"; "el capitalismo siempre existió y siempre existirá"; "no obstante sus defectos, el sistema capitalista es el menos malo de los sistemas"; "el capitalismo es el único modelo que ha demostrado sus aptitudes". "Todas las demás sociedades acabaron en catástrofes".
Estas afirmaciones que se escuchan por doquier, y desde hace mucho tiempo cumplen una función muy precisa: anular cualquier debate serio, cualquier análisis crítico y cualquier propuesta alternativa al modelo económico en el que vivimos.

Aceptar estas afirmaciones nos impide ver lo fundamental: vivimos en un mundo basado en la explotación, la pobreza y las desigualdades. Vivimos también en un mundo que está inmerso en una crisis global, planetaria, sin precedentes en la historia de la humanidad. Estas afirmaciones, al llevarnos a un repliegue sobre nosotros mismos y al fatalismo, nos impiden también devenir ciudadanos responsables que ponen sus energías e inteligencias al servicio de un proyecto emancipador. Si queremos luchar de la manera más eficiente posible contra la injusticia social, es necesario deconstruir, combatir y superar estas aseveraciones que no son más que antífrasis e ideas preconcebidas. Es necesario aceptar que la humanidad debe encontrar los medios para avanzar en forma concreta por otra vía que no sea la del capitalismo. No será nada fácil. El camino será largo y con múltiples obstáculos, pero es la única solución si queremos construir ese otro mundo posible, socialmente justo y respetuoso con la naturaleza. Hoy en día ser anticapitalista, es urgente, necesario y razonable.

1. Ser anticapitalista, es sencillo, coherente y moralmente justo

En primer lugar, ¿qué significa ser anticapitalista? Según el diccionario, es anticapitalista (1) él o la que se opone al capitalismo. Pero ¿qué es el capitalismo? Es un modelo económico y social cuyos valores fundamentales son: el lucro, la propiedad privada de los medios de producción, la competencia, y el crecimiento económico.
Efectivamente, ser anticapitalista es muy simple: sólo es estar en contra de que el lucro, la propiedad privada de los medios de producción, la competencia, el egoísmo y el crecimiento económico constituyan los valores fundamentales que determinan nuestras sociedades humanas.
Ser anticapitalista no es lo mismo que ser comunista, leninista, estalinista, trotskista, anarquista, u otros «-istas» de este tipo. Ser anticapitalista no significa «defender» regímenes tales como el de la Unión Soviética de Stalin, el de Camboya de Pol Pot, el de la China de Mao o el de la China actual. Ser anticapitalista tampoco significa rechazar el «progreso» y vivir de manera miserable negándose a aceptar todo lo que proviene de esta sociedad. Vivir en un sistema y estar en contra de éste, no es lo mismo ni tampoco es incompatible.
Ser anticapitalista es pensar que estos valores (lucro, propiedad privada, competencia y crecimiento) no deben ni pueden constituir la base de una sociedad socialmente justa, respetuosa de la naturaleza, solidaria y emancipadora para la humanidad.

2. El sistema capitalista no logró mejorar la vida de la gente

Del lado de los defensores del capitalismo, a menudo se oyen afirmaciones tales como: "Evidentemente, el capitalismo no es perfecto, ningún sistema lo es. Pero no hay que olvidar que el capitalismo ha permitido una mejora de las condiciones de vida para millones de personas. Por ejemplo, la gente nunca había llegado a una edad tan avanzada. Tampoco olvidemos que es gracias al capitalismo que millones de personas pudieron acceder a tecnologías tales como la televisión, la aviación, los coche, los teléfonos móviles, Internet".
No se puede negar que hay una parte de verdad en esa afirmación pero es muy pequeña, casi minúscula. ¿Por qué? Debemos comenzar por recordar que la mayoría de las riquezas de las que algunos de nosotros/as se benefician se crearon sobre la base de la explotación de los pueblos y del saqueo de sus recursos naturales. ¿Cuál ha sido el precio pagado por permitir a una minoría de seres humanos «beneficiarse» o «gozar» de un nivel de vida elevado y del pretendido «progreso»”? ¿Cuántas guerras, cuántos crímenes contra la humanidad, catástrofes humanas y ecológicas han sido necesarias para llegar a tal «progreso»?
Por otra parte, el capitalismo está vigente en casi todas las economías del planeta y se ha mundializado, o sea, todas estas economías están interconectas. Eso implica que un balance serio del capitalismo sólo puede hacerse a escala mundial y hay que plantearse la pregunta: ¿cuántos seres humanos se han beneficiado y se benefician realmente de este sistema?. Recordemos aquí que según el Banco Mundial más de la mitad de la humanidad vive en la pobreza. Para estos 3.000 millones de seres, la preocupación no es la televisión, Internet u otros bienes tecnológicos. Se trata de trabajar 12 horas al día, 7 días a la semana, para conseguir los recursos suficientes para que la familia sobreviva, simplemente para no morir. Y si hablamos de «llegar a una avanzada edad», no hay que olvidar que todos los informes de Naciones Unidas muestran que la esperanza de vida retrocedió en varios países llegando, por ejemplo, a 41 años en la Republica Democrática del Congo.
En el Sur como en el Norte, la mayoría de los ciudadanos, movimientos sociales e instituciones internacionales admiten que la situación actual es inhumana e intolerable. Millones de seres humanos no pueden satisfacer sus necesidades fundamentales. Les falta agua potable, comida en cantidad suficiente y alojamiento decente, y tampoco tienen acceso a la sanidad y a la educación. Por lo tanto, el sistema capitalista no consiguió mejorar la vida de la gente ni poner fin a las grandes plagas que hacen sufrir a la humanidad. Peor aún, en los últimos treinta años, es decir, desde la implantación del capitalismo neoliberal, la situación se ha degradado tanto en el Norte como el Sur del planeta. Al considerar la situación desde un punto de vista global, el balance del capitalismo es sumamente negativo.

3. La crisis a la que nos enfrentamos es, ni más ni menos, una crisis del sistema capitalista

La situación (social, económica, ecológica...) actual es pésima, ya que se ha ido deteriorando en el curso de estos últimos treinta años, y esa es la realidad que se debe tener en cuenta. Además, hay que plantear otra pregunta fundamental: ¿Cómo evolucionará la situación a corto o mediano plazo? ¿En que dirección vamos? ¿Hacia una mejora o hacia un empeoramiento? Sin ser adivino, la respuesta a esta pregunta es bastante evidente. Es dolorosa pero debemos aceptarla de forma honesta y sin caer en el catastrofismo: no solo existe el riesgo de que la situación continúe degradándose sino que puede llegar a que la mera supervivencia humana esté en peligro. Está claro que la humanidad debe enfrentarse con varias crisis de alcance planetario sin precedentes: crisis alimentaría, financiera, económica, ecológica, migratoria, energética, de civilización.
Cuando se investiga los pormenores de estas crisis, rápidamente se comprueba que no son el resultado de una «mala gestión» o de la ausencia de reglas, sino el producto de la naturaleza y de la lógica del capitalismo en sí. Un sistema cuyo único objetivo es el máximo de ganancia a corto plazo, cualesquiera sean las consecuencias sociales y ecológicas provocadas. Este análisis nos ofrece una razón suplementaria para ser anticapitalista, y buscar, encontrar e implementar soluciones que se enmarquen en un proceso de ruptura contra este sistema y que, por lo tanto, coloquen la satisfacción de las necesidades fundamentales en el centro de todas las opciones políticas y económicas.

4. No se puede humanizar el capitalismo

Otra cuestión muy importante es saber si el capitalismo es capaz de revertir esta tendencia. Según el discurso dominante deberíamos hacer razonable un capitalismo que se habría vuelto loco. La crisis financiera seria el resultado de un comportamiento inaceptable de algunos capitalistas y por lo tanto se trataría de «salvar al capitalismo de los capitalistas». Para revertir la tendencia actual y salir de la crisis, deberíamos volver a fundar el capitalismo, humanizarlo, volviendo a una mayor regulación.

Ahora se ha producido un cambio en relación con los discursos neoliberales de estos últimos treinta años. Pero hay que tener cuidado en no confundir los discursos con la realidad. Las intervenciones del Estado en la economía, como por ejemplo los planes de salvataje del sector financiero no tienen como objetivo defender a las clases populares, sino salvar el sistema capitalista para reanudar el crecimiento y, en consecuencia, restaurar los beneficios de los capitalistas. Se trata de gestionar la crisis regulando el sistema en forma provisional para evitar la quiebra total, para luego repartir sobre las mismas bases de siempre. Las posibilidades de que consigan relanzar el crecimiento son escasas. Todas las cifras y todos los informes de las instituciones internacionales indican que, sin un cambio radical, entraremos en una crisis profunda y larga. La bancaria y financiera prosigue; la económica se ha generalizado. La crisis es ahora mundial.

En todo caso, en el marco de la actual correlación de fuerzas, no hay ningún gobierno que ponga en el orden del día un cambio de sistema. No lo ha hecho hasta ahora y no se prepara para hacerlo. Lo que los gobiernos si preparan (y ya lo han comenzado) es hacer pagar la crisis a los trabajadores y a los pueblos. Se trata de aplicar la receta habitual, o sea, la privatización de las ganancias y la socialización de las perdidas. Para ellos la cuestión se resuelve en esperar que la crisis termine y que los negocios resurjan. ¿Es eso fundar de nuevo el capitalismo? ¿Es eso lo que queremos? Algunas reglas limitadas, un poco de intervencionismo, discursos sobre la necesidad de acabar con los paraísos fiscales. Sin embargo, ninguna medida enunciada es verdaderamente apremiante para evitar lo peor en este momento, sino para recaer en una crisis aún mas profunda en los próximos años. Y decimos: ¡No!

En una perspectiva de largo plazo no es posible humanizar o racionalizar el capitalismo. No hay un capitalismo «bueno» y uno «malo». La búsqueda de la ganancia máxima a corto plazo, la propiedad privada de los grandes medios de producción, la explotación sin limites de los trabajadores, la especulación, la competencia, la promoción del interés privado individual en detrimento del interés colectivo, la frenética acumulación de riquezas por un puñado de individuos o las guerras son características inherentes al sistema capitalista. El capitalismo no tiene cara humana sino la de la barbarie. Al capital le importa poco la destrucción del planeta, que los niños trabajen, que la gente coma o no coma, que tenga una vivienda o no la tenga, que tenga medicinas cuando se enferme o una pensión cuando envejezca. No, nada de eso le importa al capitalismo. Para enfrentar la crisis es necesario ir a la raíz del problema y poner en marcha lo más rápidamente posible alternativas para acabar con el sistema capitalista.
5. La utopía no es lo que se dice

El capitalismo no es capaz de realizar esta «alternativa», puesto que no puede garantizar la satisfacción universal de las necesidades humanas fundamentales. El capitalismo no puede y no quiere implicarse en los grandes desafíos sociales y ecológicos de nuestra época. Una vez aceptada esta idea, lo lógico es plantearse el abandono del capitalismo y la construcción de otro modelo. Y es en este instante que el combate contra la ideología capitalista empieza realmente. En efecto, la gran victoria del capitalismo es haber logrado inculcar en la mayoría de las mentes la idea de que otro modelo no sólo es imposible sino, y sobre todo, es muy peligroso.

“No hay que soñar. El capitalismo siempre existió y siempre existirá. Siempre hubo guerras y siempre las habrá. ¡Siempre hubo pobreza y desigualdades y siempre la habrá! Los que pretenden lo contrario son utopistas. Hay que mirar la verdad de frente: el hombre es fundamentalmente egoísta y desde la noche de los tiempos siempre ha buscado el lucro y el capitalismo lo asume. El capitalismo es el orden natural de las sociedades humanas. Crear otro modelo en el cual se compartiera todo no es sólo impensable sino que conduciría automáticamente a una catástrofe. Basta con mirar lo que pasó en Rusia con sus 100 millones de muertos para estar convencido de esto.”

A primera vista, estas ideologías tienen una coherencia de conjunto e impregnan de tal manera nuestra vida cotidiana que no es nada fácil luchar contra ellas. No es fácil pero es posible y es necesario hacerlo.

Primero: Es necesario recordar que el capitalismo, bajo su forma actual, existe desde hace apenas tres siglos. En todos los continentes, se desarrollaron civilizaciones durante los milenios precedentes que no conocieron el capitalismo. No siempre existió, nació en los intersticios de la sociedad feudal hace una decena de siglos y llegó a dominar la escena occidental en su forma industrial desde hace tan sólo dos. En otras partes del mundo, su imposición fue posterior. Por lo tanto, sólo representa una parte mínima en la historia de nuestra humanidad. El capitalismo no ha existido siempre y no existirá para siempre. Por otra parte, se trata de la pura supervivencia de la humanidad. Y ésta puede organizarse de otra manera, sin el capitalismo.

Segundo: Como fue creado por el hombre, se puede decir que el capitalismo es un modelo humano. Pero, sobre todo, es necesario agregar que el capitalismo es inhumano, ya que alimenta todo lo que hay de más negativo en el hombre: competencia, egoísmo, individualismo, etc. No hay que equivocarse, la competencia y el egoísmo, a escala individual y en forma moderada, no tienen nada de malo y hasta pueden tener algunos aspectos positivos. Hay egoísmo en cada uno de nosotros, nadie puede negarlo, pero también hay solidaridad y altruismo. Y es eso lo más importante: ¿vivimos en una sociedad que alimenta y refuerza la solidaridad y la cooperación o en una sociedad que lo hace para la competencia y el egoísmo? En forma más general, hay que preguntarse si el egoísmo y la búsqueda del beneficio, que son la base del sistema capitalista, pueden ser los motores de la construcción de una sociedad socialmente justa, respetuosa de la naturaleza, solidaria y emancipadora para la humanidad. ¡Claro que no!

Tercero: Hay que afirmar rotundamente que la sociedad que debemos construir no debe, en ningún caso, parecerse a las experiencias llamadas socialistas del siglo XX. Si bien los regímenes estalinistas en el bloque soviético, de Pol Pot en Camboya o de la China de Mao son experiencias traumáticas que se deben criticar con energía y seriedad, no hay que olvidar que sistemáticamente han sido subestimados los factores externos en la explicación de los fracasos de experiencias socialistas anteriores. Es evidente que un sistema socialista, es decir, un sistema que pone las necesidades sociales por encima de las del capital, entra en contradicción con los intereses de los capitalistas. Si se tuviera la certeza de que un modelo basado en la cooperación y el intercambio no puede funcionar, entonces ¿por qué las potencias capitalistas han dedicado tanto tiempo, energía y dinero para combatir ideológicamente, desestabilizar políticamente, ahogar financieramente y derrocar militarmente los regimenes que querían avanzar por ese camino? ¿Por qué Patrice Lumumba en el Congo, Salvador Allende en Chile, Mossadegh en Irán y Thomas Sankara en Burkina Faso fueron asesinados por las potencias del Norte? Lo hicieron porque estos dirigentes querían aplicar políticas que iban contra la lógica del lucro. ¿Por qué Mobutu, Pinochet, el Shah de Irán o Compaoré fueron apoyados técnica y económicamente durante más de treinta años? Porque aceptaban mantener un sistema basado en la transferencia de riquezas de las clases trabajadoras hacia las clases capitalistas.

¿Y acaso Adolf Hitler, Benito Mussolini, el régimen expansionista y militarista japonés (de antes y durante la segunda guerra mundial), el general Franco, el general Salazar, el régimen del apartheid no eran adeptos entusiastas del capitalismo? Fueron responsables de decenas de millones de muertos.

Por fin, a los que afirman que pensar otro modelo y actuar para implementarlo no es realista, hay que contestar simplemente que lo que no es realista es pensar que la humanidad podrá seguir viviendo dentro del actual modelo. Recordemos que el balance del capitalismo habla por sí solo: no ha traído más que pobreza, desigualdades y un planeta exhausto. Por consiguiente, es necesario y urgente abandonar este modelo e inventar otro. Otro modelo es posible y hay que pensar en forma colectiva en cómo ponerlo en marcha. Es una afrenta a la creatividad humana pensar que no somos capaces de hacerlo. La humanidad necesita una utopía que en vez de ser un freno sea un motor para romper con la lógica de la fatalidad y proponer medidas concretas, aquí y ahora, y al mismo tiempo ofrecer perspectivas interesantes para la colectividad humana.

6. Hay que reinventar el socialismo del siglo XXI

Frente a las experiencias dramáticas del socialismo real del siglo pasado, la sociedad por construir, que podría llamarse socialismo del siglo XXI o ecosocialismo, debe constituir una respuesta profundamente democrática y autogestionada a las experiencias negativas del pasado. Frente a esta crisis global del sistema capitalista, es necesario implantar políticas anticapitalistas, socialistas y revolucionarias que integren obligatoriamente la dimensión feminista, ecologista, internacionalista y antirracista. Hace falta articular estas diferentes dimensiones en forma coherente para que estén completamente integradas en los proyectos del socialismo del siglo XXI.

Es absolutamente posible garantizar la justicia social en Bélgica, en Europa y en cualquier parte del mundo. Es absolutamente posible avanzar hacia un modelo que, respetando la naturaleza, asegure que cada persona tenga una vivienda correcta, una alimentación de calidad, un trabajo decente y bien remunerado, protección social, acceso a la salud, a la educación y a los transportes. No obstante, se tiene que ir más lejos. Hay que instaurar una verdadera democracia. Por supuesto, la democracia política, donde los ciudadanos toman parte, en concreto, en las grandes opciones que determinan la naturaleza y el funcionamiento de nuestras sociedades. Pero también hace falta la democracia económica donde sea posible otro reparto de la riqueza, que se combine con un control de estas riquezas por parte de los y las que las producen, o sea, los trabajadores y las trabajadoras de las ciudades y del campo.

Pero eso no llegará solo. Hará falta que sea una elección consciente y colectiva. Por el momento es cierto que no hay fuerzas suficientes para derribar al capitalismo. Pero en todas partes del planeta y en diferentes escalas se ponen en marcha alternativas sociales, económicas, democráticas, originales y autogestionarias. Cada vez son más las personas que piensan que tenemos derecho a vivir en otro sistema que no sea el orden capitalista. Cada vez son más los que piensan que otro mundo no sólo es posible, sino que es necesario y urgente construirlo aquí y ahora. Como ciudadanos y ciudadanas del mundo, nuestra tarea es servirnos de esas experiencias concretas y luchar de la mejor manera para construir y organizar todas las fuerzas anticapitalistas.

Se trata de construir un modelo en el que las necesidades de la gente estén en el centro de las decisiones políticas. Un mundo en el que la cooperación, la ayuda mutua, el reparto y la solidaridad sean más importantes que la competencia y la competición. Un mundo donde haya espacio para el debate y en el que se haya dejado de considerar a los ciudadanos como unos ignorantes. Aunque no haya motivo para alegrarse de la crisis, puesto que golpeará (y ya golpea) a centenares de millones de personas, tanto en el Norte como en el Sur del planeta, ésta, no obstante, presenta una ventaja: bate en brecha todas las ideologías neoliberales y muestra la verdadera cara de los gobiernos que actúan sistemáticamente en interés de los ricos. Hace falta mirar a nuestro alrededor y reapropiarse la política. La política no son los gobiernos. La política no es complicada ni es un asunto de especialistas. La política somos nosotros, con nuestras diferencias, nuestros conocimientos, nuestra energía, nuestra creatividad y nuestra poesía.

7. La lucha no causa tristeza. Al contrario

Con injusticias tan grandes y nosotros tan débiles en relación con el poder, a menudo se escucha, particularmente entre los jóvenes que intentan cambiar las cosas, que la tarea es imposible y que, inevitablemente, el único resultado será entristecernos. No es cierto. Analizar el mundo en el que vivimos, tomar consciencia de su carácter profundamente injusto y tomar la decisión de luchar lo mejor que podamos contra esa injusticia es entender el lugar que debemos ocupar en la sociedad, y el papel que, con humildad, podemos tener. Esto, en lugar de entristecernos, debe permitirnos tomar consciencia de nosotros mismos y dar un sentido a nuestro pasaje por la tierra.

Hay que luchar. Reivindicar colectivamente medidas que van en contra de los intereses de los capitalistas y de los que los apoyan. Hará falta movilizarse y estar en la calle. Hará falta que los pueblos consigan de nuevo el control de su porvenir. La revolución se hará en la calle y en las urnas. Como Marx lo recuerda, les toca a los pueblos liberarse por sí mismos y para si mismos. El camino será largo y lleno de obstáculos. El modelo que queremos quedara como un proceso inacabado lleno de contradicciones, de fracasos, pero también de alegrías y de victorias. Sin embargo, el camino es tan importante como el ideal que queremos alcanzar. Y no es porque vamos a contracorriente que caminamos en la mala dirección. Marx nos dice que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases.

Fuente: ECOPORTAL
Autor: Olivier Bonfond

domingo, 27 de junio de 2010

La mierda

Los pueblos mandan, los gobiernos obedecen: váyanse Calderón de México; yankees de Haití; Uribe de Colombia; García de Perú; el ministro del Interior argentino que no dice nada de la matanza de pibes de Bariloche; que se vaya el gobernador de Rio Negro, el intendente de Bariloche, ni hablar del jefe de policía de Bariloche; que huya y no lo alcanzemos al Macri ladrón de la ciudad de Buenos Aires, que se vayan presos y para siempre los que roban para que haya pobres.

sábado, 19 de junio de 2010

Se me pegó Fito Páez (versión corregida)

Supongo que hay dolores y desgarros
Y que ya no canta la esperanza tras las luchas
Supongo que este desprecio es mi precio
Supongo que en mi desastre ves un lastre
Supongo que sin ilusión la vida escalda
Supongo a demasiada gente de descarte
Supongo a vos contando monedas y que pase
Te veo especulando si llueve o hay brisa
A lo saltos entre charcos porque no hay prisa
Si como siempre lo que vale es la apariencia
Supongo que irás marchitando tus mañanas
Supongo tus repeticiones y el desenlace
Intentarás volver desierta a tus amigos
Y supongo que se asombrarán al verte otra
Desahuciada, herida, sin permitirle auxilio,
Verán morir tu quimera, ya sin cuerpo ni abrigo.

lunes, 14 de junio de 2010

Feliz cumpleaños, Guevara

-Se me acaba el mundo, Che, y estoy naciendo.
-Qué joven eres. Qué fantásticas esas venas de azul enjundioso empujando tu piel impecable. Los músculos que se asoman sin llamarlos, la sien que late por simples disparates, la sangre como un volcán sólo por pensar unos pasos. ¿Qué haces conmigo aquí en mi derrumbe oloroso, en mi ocaso, en mi fatalidad tan vulgar de saber que seré muerto? Vete rápido que soy una causa perdida. Inflámate en tu potente revolución de deseos y sudores, derrama tu química flamante y sin medio uso para estremecerte en sensaciones que serán, ya verás, irrepetibles. No veas tan pronto el ocaso que está en todas las cosas.
-Yo río por naturaleza, Ernesto, pero mis padres lloran. Yo canto y el mundo gime. ¿Cómo tan veloz la voluntad se marchita? ¿Qué es lo que hace el tiempo con la gente? ¿Cómo puede ocurrir que alguien que supo apostar besos por llegar primero a abrazarse a aquel árbol, apueste luego infinitas riquezas para quedarse con todo del que llegó segundo?
-Eres joven y te rebelas porque es tu naturaleza. Pero los tiempos de ahora son espantosos, y la maquinaria del poder del hombre ya se liberó con masacres, humillaciones y bombardeos de pobreza para imponer su rutina miserable de acumulación y de vacío intelectual. Lo esencial para los forajidos que controlan cada sucursal del planeta es tenerte a ti envuelto entre las camisas de fuerza de la impotencia, el desgano, la falta de oportunidades. Sin juventudes plenas, vigorosas, creativas, los poderosos diagraman en plenitud y sin contratiempos sus corruptas panaceas. Tú les sirves, pero débil y apático, y sólo aceptan que te predispongas al individualismo, porque de a uno es fácil llevar de las narices. Y después de que les recogiste las sobras de su nueva fiesta, te sientan frente a una pantalla para que el operativo de desactivación de tus neuronas reciba el impulso final. Qué más quieres que te diga. Yo en tu lugar resistiría porque todo vale más que muerto en vida. Toma la lanza de una ilusión, ábrete el pecho y cobija todos los afectos que puedas porque ésos pueden amortiguarte las primera caídas. Rasca si puedes hasta la piedra para indagar y oler los sentidos de todas las cosas, aprende y sé inquieto, que en cuanto te sientas y te pones un rato complaciente, el sistema te enlaza. No bajes la cabeza ni para peinarte el flequillo, y di lo que sientas con todas las letras, porque nada es tan verdadero como lo que dicta un corazón joven.

(Extraído de la novela "Sueños tardíos con el Che")

sábado, 29 de mayo de 2010

Para que no te duermas

Tengo a mi whisky, a Pessoa y a la perra,
El orden no me altera.
Podría agregar adelante o atrás,
Al ventanal o al silencio.
Y hasta a la lluvia, goteando el escenario.
Quiero escribir sin rimas y no puedo,
Quiero amarte y no debo.
Entonces vuelvo a Pessoa
Que me dice que mi desolación
Es la de un cielo ceniciento y muerto.
Mi perra me acompaña dormida
Pero si absurdo reniego golpea su cola;
Y el whisky mientras tanto discute con el hielo,
Y yo me mojo por abrir el ventanal
Para imaginarte viniendo.
Pero nunca supe que me quisieras.
Me envuelven de a poco fugaces sueños,
Y antes de la felicidad de lo incierto,
Entiendo que este esfuerzo de escribir
Es para que no te duermas y me leas.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Derrumbe

Resiste y arde el fuego del desierto
No hay calma, solo tempestades de angustias
Pasan bandadas de desconsuelos
Se superponen fracasos, llueven flores mustias
Debo envolverme en mantas de la nada
Refugiarme en las estribaciones del silencio
Dejar que pase el vendaval no tiene sentido
Si son incesantes las desventuras
Me envuelve desaforado el ocaso
Se me ha puesto enfermo el destino
Y está apagado el milagro de esos ojos que curan

viernes, 7 de mayo de 2010

A mis hijas (hace un tiempo)


No, no se asusten hijas si las re-
frescantes gotas de la juventud
que a veces empapan de felici_
dad, no se secan. No
crean que porque queden inúti_
les los útiles, se
ahogen de polvo los guardapol_
vos, y los adultos empiecen a considerarlas
como iguales, hay que archivar las sonri_
sas, el desparpajo, los ideales.
Es imprescindible que sepan
que la inocencia y los sueños no
mueren nunca; escapense, en_
tonces, de aquellos que se em_
pecinan en construir una reali_
dad sin asombros, ahogada de
seriedades y rutinas. Es necesa_
rio para unos buenos días, que
se crean siempre de escuela se_
cundaria, que cuando el tiempo
se obstine en decirles que pasa,
mantengan firme, imperturbable
y espléndido el corazón de ayer,
el corazón de la juventud. Los
imposibles y rebeldías no son
zonceras que se abandonan con
los años. Quien supo ver la clari_
dad del fondo entre los espléndi_
dos borbotones juveniles, quien
supo beber de la sabiduría irre_
petible de los tiempos frescos y
flamantes, comprobará como su
corazón se mantiene joven, por_
que lo que se aprende a ver de
joven no se deja de ver nunca.
Vayan siempre así, hijas, con
la sonrisa a punto de disparar,
con las convicciones envueltas
en llamas, y con el alma jugando
a que fue apenas ayer cuando
descubrieron un amor o el en_
canto de una amistad, y que an_
teayer, nomás, se encontraron
con la pequeña fortuna de un
papá que las quiere. A veces
mucho, a veces demasiado.

sábado, 17 de abril de 2010

Prensa

Prensa que te prensa las ansias. Prensa que inventa obsecuentes menesteres para que no desees. Prensa asesina que mata antes de la muerte y que se retuerce de vómitos inhalante asqueada de rumores. Prensa acomodaticia, vulgar insistente del poder, dama ficticia entre los peores horrores.
Prensa de hoy yo te maldigo. Digámonos sin vos entre nosotros, los que somos mismos.

sábado, 10 de abril de 2010

Nada II

Qué es lo que canto si no aprendí a leer pentagramas que encienden sonidos al incesante fluir de la trama
Qué es lo que escribo si no distingo entre la rima y el verso, y dejo todo como encuentro, un remolino sin viento
Qué es lo que hablo si mis palabras mueren de inmediato, ahogadas de abismo, entre el relato y el tiempo
Qué es lo que quiero si se me acaba el encanto en apenas un adiós, en apenas un llanto
Qué es lo que creo si se cansan mis pasos cuando el camino se abre arduo y no contempla el remanso
Nada me debe la vida si no soy el Che o mi primo Gustavo, que se despojaron de tanto por un ideario. Nada, ni un poeta sedentario soy, que se inventa la vida cada día en un inútil teclado.

miércoles, 7 de abril de 2010

Nada

¿Sucumbir o emigrar? Suicidarse o emigrar, ¿no es lo mismo? Es ir a lo no visto, es arrancarse lienzos de ataduras, es darle el punto definitivo al aborrecimiento diario. Agotamiento final del paisaje, de personajes y herejes consecuentes. Abrirse el pecho aún con cuchillos para que ingrese el aire inmaculado que nunca tuve. Es que el aire es sucio, tengo náuseas y me ahoga este encierro con llaves que alguien se encargó de extraviar. Respirar hondo aún con sangre. Volar aún muerto. O me voy a ese lugar inexistente donde no hay humanos. Que me sigan únicamente los perros y algún ave fiel. Todos todo el tiempo martillan. ¿Qué es lo que quieren construir sobre ruinas? El tiempo deberá abrir un poco más la boca.

“¡Apágate, llama fugaz! La vida es sólo una sombra errante, un burdo actor que apenas un momento se pavonea y agita sobre el escenario, y nunca vuelve a ser oído Es un cuento contado por un idiota, lleno de sonido y de furia, y que no significa nada.” (William Shakespeare)

martes, 30 de marzo de 2010

Edda

Hoy me crucé a Edda por la calle Paraguay. Sí, a la Bustamante, con ese apellido que a mí antes me parecía una representación de sus pechos erguidos o no, pero sensuales, muy sensuales, puro derrame de pezón. Pero la pobre Edda que vi hoy lo único que derramaba era pena. Casi escualida y caminando despacio para no tropezarse con la desidia de Macri hecha escombro de vereda. Iba con evidente angustia de ir, la cartera haciéndole vaivén en su mano como si fuera a revolearla lejos, y atrás ella entera. Acepto que cuando la vi traté de simular no verla para casi llevarmela por delante y capturarle algún perfume de esos que nos imaginábamos mezclados en sus sábanas. Pero esta Edda que vi a la mañana en la ruidosa calle Paraguay de los consultorios, no olía, no atendía. Taquitos, pantanloncitos negros, camisa negra ajustada, bien breve, queriendo su placard intentar de nuevo la seducción con transparencias superpuestas. Pero Edda no era. Hombros caídos de pena, y apenas las dos arrugas en aquel frente sensual que ganó grandes combates frente a batallones mejor provistos. Edda iba por la calle sin ver para que la viéramos. Insiste en sus mensajes sutiles. Era seducción y verdad con apenas una voz y un gesto. Caminando ausente por el ruido de la ciudad, ahora nos reclama silencios.

sábado, 27 de marzo de 2010

Reptiles

Hay hombres y mujeres que son reptiles. Se deslizan y te pasan la lengua por debajo de la mesa todo el tiempo para tantearte. Andan enroscados y pálidos mostrando sin demostrar. Ríen como iguanas falsas para que les des lo poco que te toca, y se lo devoran. Y van hacia otros y engullen y viven de la cadencia ajena. No se animan a nada, pero hacen un arte con el distraído que mira al sol o a un estrella para quitarle la bebida que no tienen. Suelen ser pálidos y se enamoran de los que se enamoran para no gastar esfuerzo. Acechan como desvalidos para robarse quimeras ajenas. Degluten de otros, son verdes que nunca maduran y te pican todo el tiempo y el mundo es un sufrimiento por culpa de ellos. Nunca piensan sobre el significado de una verdad para no exponerse en la vitrina que impone la sociedad a los que se arriesgan. Y por lo bajo, siempre rodando, piden escarmiento, gozan con el dolor, el horror, el fracaso de los pobres señalados. Agazapados esperan tu desesperada confesión, para erigirse en jueces piadosos con el sermón amarillento. La mujer reptil toma colores del semblante del hombre que va a atacar, se sumerge en las certezas incompletas de la presa y lo latiga con lenguas que apenas si mueven el líquido mínimo de la desazón. Porque las reptiles nunca llegan a caer con nadie en el ínfimo instante de la inimaginable alegría. El hombre reptil anda apurado con branquias exhaustas porque respira el aire sucio y al ras de su andar retorcido y subterráneo.
Arrastrados siempre, especie que se provoca su propia náusea, especie que se aparece y parece pero no es. Escapad gente tierna, que los reptiles están bajos tus pies.

domingo, 21 de marzo de 2010

24 de marzo (carta del subcomandante Marcos)


A los niños, niñas, ancianos, ancianas, jóvenes, jóvenas, hombres, mujeres
de la Argentina.
América Latina, Planeta Tierra.

Hermanos y hermanas:

Aquí México Zapatista. Allá la digna Argentina.

Les habla el SupMarcos, a nombre de todos los hombres, mujeres, niños y ancianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Queremos aprovechar que los hermanos y hermanas de Argentina nos dan la oportunidad de decir nuestra palabra en este acto que sirve para darle a la verdad y a la memoria el lugar que merecen.

Porque hay y ha habido quien creyó y cree que, asesinando personas, asesina también los pensamientos y los sueños que en veces son palabras y en veces son silencios. Quien así cree en realidad teme. Y su temor adquiere el rostro del autoritarismo y la arbitrariedad. Y en la resaca de la sangre busca la máscara de la impunidad y el olvido. No para que todo quede atrás, sino para asegurarse de que podrá de nuevo hacer actuar su temor sobre los que le son diferentes.

Nuestros más antiguos nos enseñaron que la celebración de la memoria es también una celebración del mañana. Ellos nos dijeron que la memoria no es un voltear la cara y el corazón al pasado, no es un recuerdo estéril que habla risas o lágrimas. La memoria, nos dijeron, es una de las siete guías que el corazón humano tiene para andar sus pasos. Las otras seis son la verdad, la vergüenza, la consecuencia, la honestidad, el respeto a uno mismo y al otro, y el amor.

Por eso, dicen, la memoria apunta siempre al mañana y esa paradoja es la que permite que en ese mañana no se repitan las pesadillas, y que las alegrías, que también las hay en el inventario de la memoria colectiva, sean nuevas.

La memoria es sobre todo, dicen nuestros más primeros, una poderosa vacuna contra la muerte y alimento indispensable para la vida. Por eso, quien cuida y guarda la memoria, guarda y cuida la vida; y quien no tiene memoria está muerto.

Quienes arriba fueron poder nos heredaron un montón de pedazos rotos: muertes aquí y allá, impunidades y cinismos, ausencias, rostros e historias emborronadas, desesperanzas. Y ese montón de escombros es el que nos ofrecen como tarjeta de identidad, de modo que decir "soy" y "somos" sea una vergüenza.

Pero hubo quienes fueron y son abajo. Ellos y ellas nos heredaron no un mundo nuevo, completo y acabado, pero sí algunas claves y pistas para unir esos fragmentos dispersos y, al armar el rompecabezas del ayer, abrirle una rendija al muro, dibujar una ventana y construir una puerta.

Porque es bien sabido que las puertas fueron antes ventanas, y antes fueron rendijas, y antes fueron y son memoria. Tal vez por eso temen los de arriba, porque quien tiene memoria en realidad tiene en su futuro una puerta.

Somos muchos y muchas los que al buscar la memoria estamos buscando partes de nuestro rostro. Quien nos pide que olvidemos, nos pide que sigamos incompletos, usando las prótesis que el Poder oferta.

Este día, en Argentina, en México y en otras partes del mundo, hay muchos y muchas guardianes de la memoria reuniéndose para una ceremonia tan antigua como la palabra: la del conjuro del olvido y la desmemoria, la de la historia.

Hoy, quienes tienen a la Argentina como patria, nos enseñan que quien camina la memoria, en realidad camina la vida. Y queremos que todos y todas ustedes sepan que escuchamos sus pasos y que, al escucharlos, recordamos que el principal atributo del ser humano sigue siendo la dignidad.

Digna Argentina: los zapatistas de México te saludan.

Vale. Salud y que nunca más la estupidez se permita democratizar el miedo y la muerte

Desde la Ciudad de México.

Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Marzo del 2001.
6 de la tarde, hora de México.

P.D.- No se acaben el churrasco, porque siempre me dejan la pura salsa chimichurri. Con el mate pueden proceder a discreción, pero no se acaben las empanadas. Nos vemos luego en la calle de Corrientes para echarnos una cascarita de futbol y tararear un tango, porque la memoria también se guarda con el juego, la música y el baile.

sábado, 13 de marzo de 2010

Acá, un rato

Vivimos soñando. Nadie es quién cree. El alma se dilata en el sueño y se libera de la carga de ser. Recuperar la realidad aventa el misterio cerrado de la existencia. Porque hay un plan descifrado para cada uno para que cada uno lo cumpla. Y después basta y a otra cosa, el universo debe seguir. De qué sirve mostrar o no mostrar, alienarse por un despecho. Sequemos rápido las lágrimas que no hay nada qué hacer. No hay alternativa en esta ínfima participación en el mundo: seamos como somos en libertad absoluta desprendidos de posturas y estrategias. No hay nada que hacer más que ser. Digamoslé no al que se merece el no, bien en la cara al que se merece menos que esta ausencia que somos. Y al que hay que decirle sí, si se puede toquémoslo con el último aliento previo de nuestro desencanto. Zambullirse entre naufragios nos obliga a una costa que apenas está hecha para desprender energías. Sólo para eso. Estamos destinados al silencio y entonces porqué gritamos. Pero en la absurda cotidianidad vamos obligados a movernos. Seamos certeros. Cada acto de nuestras vidas tiene que apuntar a ser soñado para condimentarlo de la grandeza que no tenemos. Ninguno sabe quién nos inventó.
Pero estamos acá, un rato.

martes, 23 de febrero de 2010

El infierno en la superficie

Nos caímos del terraplén, y ahí vamos esquivando esclavos del verbo único y sangrando con el corazón en harapos tratando de amar algo que luzca. Amar cualquier cosa que brille por sí misma, amarla porque sí y por nada, o sólo por ese resplandor único y propio. Es que ya no quedan amaneceres. Todo es crepúsculo y final. Desorientados en la elástica noche, nos tanteamos y encedemos fuegos aislados para ver otras vídas que todavía flotan. A lo lejos todos saltan sin fulgor y sin ritmo en la ceremonia última donde las sienes se sellan para siempre con latidos de inmundicias, exaustas entre desechos. El sonido es alto para que nadie escuche. Hay que correr pero los pies se lastiman pisando huesos que parecen moverse. La ciénaga va tragando el resto. Alguien extiende la mano pero se hunde. Marionetas en desuso se derrumban ante el menor viento. En el escaparate desteñido solo se ven máscaras degolladas. El infierno está en la superficie. Hace rato que no hay cielo. Mirar es naufragar. Cada vez menos ciertos, aún nos rescata el sueño.

miércoles, 27 de enero de 2010

Renuncio a Facebook (otro error de dos semanas)

Renuncio a este juego vanidoso. Cuando hablo de los chicos que nos necesitan, salvo mi sobrina Jimena, todos se callan. Y me mandan vírgenes de la fortuna y no sé qué otras cosas. No manden más propaganda del sistema, generen algo! Vayan al frente. Basta de estar con las patas llenas de venas frente a la computadora. Los que quieran cambiar algo, que lo hagan. Los que quieran amar a otros, adelante. Ojalá que yo mismo me perdone por haber entrado en este juego que el Poder fomenta. Como la TV imbécil, como el resto de los medios imbéciles. Hay que estar sentaditos para no ver el desastre. A mi amigo, a mi hermana, a quien yo anhele, buscaré cara a cara, entre vientos, latiendo. No quiero herirlos, pero este mecanismo es otra forma de alejarnos. Ya no nos decimos las cosas, nos sugerimos por acá . Perdón Che y Borges por haber puesto sus caras. Adiós, en facebook no me van a encontrar más.

sábado, 16 de enero de 2010

Encorsetados

Se me metió una mujer desde los pies. Intensa se zambulló a la noche por las uñas. Soñaba con ella sin cesar, pero mis huesos se retorcían. Desperté y ella ya iba nadando por mis venas, y se aprestaba a bucear en el corazón. Llegó para retorcerme de punta a punta. Me flameaba el pecho, y así, de a poco, mi cabeza empezaba a hervir. Me acordé de Borges cuando le dolió una mujer en todo el cuerpo. A mí se me metió una mujer en todo el cuerpo. Descartó visceras e ignoró horrores. Ella dejó caer su alma sobre la mía. Quedamos apretados como en un subterráneo de las siete. Cuando podemos mover la cabeza nos miramos con fugacidad, y los labios, ante algún sacudón, con temblor se rozan. Intentamos tomarnos las manos, pero no encajan. Por fin tengo ganas de no morir aunque no pueda verla, de tan agitados y encorsados que estamos, rectos y apretados con los corazones que ya intercambian arterias. Somos dos en uno. Ya no podemos ir a ningún lugar sin nosotros.

martes, 12 de enero de 2010

La última

Es el infierno, lo noto por el vacío. ¿Pero qué haces aquí buscándome entre abismos y ambiciones? Se nos resbalan las manos, no, no puedo tomarte. Es el ácido que cae y que despega todo lo humano y lo acaba. Escapa, aún tu corazón tiene un ritmo sano. Crepúsculos y bandadas de hombres repelentes nos sobrevuelan. Ya no va quedando luz, ya no hay verdad ni sonrisa. El infierno ríe risotadas y ya llegan sus zombies a arrancarnos con picos y palas los últimos pensamientos. Lo importante es que te salves, porque a mitad de la caída supiste entender y tu juventud te implora una oportunidad. Eres casi única. ¿O existe alguien más que construya un amparo así a su cornisa? No insistas que yo resbalo. Salta a la resistencia. El mundo que conocimos está muerto. Toneladas de dinero, armas y riquezas vomitadas arman el carnaval decadente en la ciénaga definitiva. Ve y corre desde tu salvado encanto hacia el único rincón que han dejado en el olvido. Los benditos no se rinden, y entre tanto fuego incesante tú te has rebelado. Eres la última.

domingo, 3 de enero de 2010

2010

Todos mentimos. Año nuevo vida vieja. Nada cambia; hay quienes tienen suerte y se lamen las heridas y bendicen estar vivos. Pero estamos los otros, descreídos, que deseamos ahogarnos en todas las pieles, tocar y tocar, y no sabemos quiénes son y qué importa. Nos estamos poniendo viejos, no encontramos la revolución. Queremos decirnos de todo, y no nos decimos. Basta de fingir, estamos mintiendo. Hay que ver que nos estamos poniendo mayores. Parece uno de los últimos consuelos, hagamos algo. Que no nos importe nada. La cabeza volando y lo que nos queda del cuerpo también. Qué podemos hacer sino le damos una mano de pintura a la utopía. No estamos viejos pero nos obligan al desencanto. El sistema hace viejos a los lactantes.
Llegó 2010 y es lo mismo. El planeta se descascara, los abrazos se ausentan, y uno respira amor por todos los resquicios porque el amor brota igual aunque el terror a la caricia lo pise, y lo pise y más y más. Y en algún lugar la caricia llora, pero el amor insiste, insiste...
¡Feliz bienvenida, nada!