jueves, 3 de septiembre de 2015

Los líderes políticos deberían ser los que naufraguen


La humanidad se va a pique, absorta en su indiferencia criminal. La soberbia Europa, ciega y sorda se encierra en sus fronteras como si eso bastara para olvidar su culpa: la proliferación que practica con saña de un capitalismo monstruoso que se solaza devorando carne humana; y su complicidad con la guerra impiadosa que Estados Unidos e Israel vienen desatando hace tiempo en Oriente, con el único fin de apropiarse también de las riquezas de esa región.
Este mundo es una proliferación de vergüenzas constantes. Dónde irán a parar los presidentes y primeros ministros, por dónde se desparramarán tantos millones de millones de billetes acumulados y tan celosamente guardados, qué quedará en pie de los templos del poder y del dinero, de qué habrá servido la siembra de tanto terror, de tanta hambre, el desquicio de la absoluta desigualdad. De qué servirá todo cuando el mundo vaya a "parir felicidad, en un futuro que no existe"
vas a parir felicidad
yo te lo anuncio tierra virgen
después de hundirte surco a surco
y como vieja tumba abrirte
después de alzarte como un hongo
y deslumbrarnos como un cíclope
vas a parir felicidad
y no habrá almas disponibles
vas a parir felicidad
como una bendición horrible
y nadie habrá de recogerla
en un futuro que no existe

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