martes, 4 de enero de 2011

Por ese beso

De repente se avergüenzan los celos
El infatigable olvido pide un descanso
Y demasiadas miserias se ponen serias
Hay un mantel florido en la mesa del espanto

La gente es buena y son ríos sucios un encanto
No existen traiciones, la vanidad está de feria
La muerte anda de entierros de sus parientes
La humanidad condena la insistencia del fracaso

Son niños los que nacen en cunas de algodones
La lluvia es un invento divino que lava cicatrices
El prójimo es un intento de mirarnos para adentro
Nadie llora el hambre, somos como somos: iguales

Y todo por la sonrisa y ese beso
Por saber de mí sólo un segundo
A mí le vida se me quedó en eso

Pero si te olvidas de volver a mirarme
El mundo estallará otra vez en pedazos
Y seré de nuevo habitante, de su reverso

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