domingo, 14 de octubre de 2012

Desesperados

De madrugada te amo. Quién ama si no ama de madrugada. Vuelven besos pero no son los tuyos y yo voy a bares a olvidarte y beso todas las almas hambrientas. Estamos mendigando una caricia verdadera, no la de ella que nos abraza y que no queremos. Pero son fuertes los vientos de la desdicha y entonces nos consolamos con la primera almohada que desea nuestra nada
. De todas maneras somos felices infelices, que vamos por acá y por allá sin que podamos acertarle al amor. Mientras tanto nos acarician unas manos que tomamos sin ternura porque esta tristeza nos baila en este cuerpo y no nos da ganas, hasta que sin fuerza ni fe y despeinados, nos hace un guiño el corazón y vamos otra vez de madrugada robando cualquier beso, desesperados...

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