viernes, 7 de junio de 2013

Feliz Día del Periodista a los que lo fueron

Ser periodista es hoy ser versionista, de lo que pareciera que ocurre y nunca se confirma . Atento interpretador de los deseos del poderoso patrón que marca desde sus inalcanzables poltronas el modo de decir. Ya no hay más combate con la palabra, ya no más debate. El supuesto ejercedor de este viejo oficio es el mandadero, el cadete, el che pibe que escribe, habla o muestra en cámara lo que al gran jefe se le canta. Lo que han mandado potentes corporaciones para defender los privilegios de siempre de unos pocos. Ya no somos nada en esta profesión, damos lástima. Bendito serán los artesanos de la palabra que aún desde fondos inhallables mascullan una verdad y sacan la mano como pueden a la superficie para pintar una realidad enchastrada de mentiras.
Quisiera ser ebanista, carpintero, orfebre, un mejorador de cosas tangibles con las manos fuertes y lastimadas de hacer. Y no este escriba que ya nadie lee detrás de las montañas humeantes de zoncerías pergeñadas. A los que fuimos periodistas de verdad nos han arracando el oficio para transformarlo en un servicio del engaño. Habría que decidirse a escribir las paredes, no creo que los ordenadores del discurso se animen a derrumbar el mundo.
Feliz Día al periodista que fue Moreno, Arlt, Walsh, Urondo… El resto, somos simuladores…

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