martes, 22 de marzo de 2016

Otoño

Soy otoño. Camino hojas muertas viendo caer los viejos pesares,
ruinosos brazos se rompen como ramas sin poder tocarme:
rodaré de nuevo definitivo y aún mustio por el sendero. En abril
simulo la esperanza, todo parece morir en mí lo que nunca muere,
el corazón queda sin ardor y le conviene el viento. La tibieza es un
recorrido aunque se harten las tripas. Frente a la nueva brisa no
hay que aceptar el descanso, se vive de pie, tambaleando.
Hago una marca en la tierra: de acá para adelante no habrán más
desengaños. Seré un otoño para acariciar con la luna, que
esconderá en un eclipse mi antiguo dolor. Aún soy sol de abrigo
que sin querer perdura.

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