martes, 19 de febrero de 2013

Un discurso de Chaplin de 1940

Charles Chaplin, el discurso final de su película "El gran dictador".
Discurso final del “El gran dictador”, filmada en 1939 y estrenada en 1940 en plena segunda guerra mundial.
“Lo lamento, pero no quiero ser emperador; ese no es mi negocio. No quiero gobernar, ni gobernar a nadie. Me gustaría ayudar a todos si fuera posible: judíos y gentiles, blancos y negros....”
“Todos deberíamos querer ayudarnos; así son los seres humanos. Queremos vivir con la felicidad del otro, no con su angustia. No queremos odiarnos y despreciarnos, en este mundo hay sitios para todos, la tierra es rica y puede proveer para todos. El camino de la vida podría ser libre y hermoso.”
“Pero hemos perdido el camino. La codicia ha envenenado el alma de los hombres y ha construido barricadas de odio en el mundo. Nos ha hecho marchar a paso de ganso hasta la angustia y la sangre derramada. Hemos dominado la velocidad, pero estamos encerrados. La maquinaria que da abundancia nos ha dejado en la privación. Nuestra sabiduría nos ha hecho cínicos. Nuestro ingenio, duros y faltos de bondad. Pensamos demasiado, sentimos muy poco. Más que la maquinaria necesitamos humanidad, más que el ingenio, necesitamos bondad y amabilidad. Sin estas cualidades la vida será violenta y todo estará perdido”

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