martes, 23 de julio de 2013

Cumpleaños

El 23 de julio fue el cumple de mi hija Lucía. Cumple demasiado para mi emoción de padre joven que se esmeraba por darle un mundo de calesitas y de sueños de la plegaria del Flaco. Aunque yo supe también inventarle canciones para dormir, y le di juegos, y le enseñé hasta tan temprano el poder de la lealtad, de darle algo al otro aunque uno no pueda más. Quise que no fuera adulta nunca, pero creo que fue rápido que se dio cuentas de las mentiras del amor; pero no le ocurrió lo mismo con la solidaridad , porque se ha hecho su cómplice, su inevitable consulta. Cada tanto hablamos de la revolución, de la excesiva farsa. De refrescar la anarquía, la menos contaminada. De irnos para siempre a Cuba, porque no alcanzan mis idas a Alta Gracia para respirarlo al Che. Ella sabe que estoy, aún machucado. Yo sé que no me abandonará, aún abandonado. Y que suele ser mi espejo y que por eso suele ser mi orgullo. Te quiero, Luchi, feliz cumpleaños.

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