Hoy no hay Mundial y de repente se me viene encima un juez maldito, yanki y expoliador
que antes de ser cadáver busca mi extinción.
Me vuelven los viejos dolores de espalda y recuerdo que el corazón se me escalda por esa llamada en espera
Recuerdo que los zapatos se hunden en la ciudad vencida, que hay containers en vez de aulas y que con negociados nos suicidan
La Fábrica Internacional de Felicidad Artificial (FIFA) ha cometido el error de darnos descanso y hoy me atrevo a mirarme para dentro y no veo
Caigo en la cuenta que el sueldo no alcanza, que mis dirigentes me venden en la paritaria
y soy un gil contando las monedas, me comen los piojos y tengo urticaria
Estaba en eso, de putear al fóbal y su pan y circo, de llorar por nuestros hermanos de Brasil, que sus lamentos taparon con cemento y andá a cantarle a Gilberto Gil
Pero la redonda mueve y ya no somos nada, somos fiebre, obsesión, aparatos y de TV, y hay hasta quienes hablan de Patria, pero de los colmos está hecha la estupidez
Mañana volveremos al sillón, a sentarnos con el conveniente olvido, ya no habrá sombras ni penas, volverá la ansiada tregua a nosotros mismos
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