martes, 9 de diciembre de 2014

Lennon en La Boca

De la colección del autor "Latidos Porteños" 

Venía caminando por la ribera del Riachuelo como podía, con los hombros vencidos. Amanecía y no sabía qué había hecho en las últimas horas. Sólo recordaba su impulso de subirse al 29 para ir a la Boca, a beber de su aire, para consolarse y volver a ser ese niño que caminaba por esas calles de la mano del viejo, que lo había hecho bostero, tan de pizza y faina, tan pariente de la noche, y que tanto le habló de su amante melancolía. Había querido sacarse la mochila de su realidad y se la dejaba olvidada adrede en un banco de Caminito. Para que los gringos turistas descubrieran que nada de lo que reluce es verdad, y para que le sacaran una foto a su bolso hediondo, a esa mitad horrible de sandwich de mortadela y queso, a ese retrato velado de Laura, a ese lápiz sin punta, al pañuelo amarillo seco. Ya ni ganas de llorar tengo, se dijo, hasta que de repente sintió un leve chistido. Se dio vuelta y empalideció: pero si todavía no tomé nada -pensó-, cómo puede ser que tenga visiones.... Es que era Lennon, John Lennon el que le devolvía la mochila.
“Eh..., no, no la quiero más la mochila”. “Pero acá hay una foto, es bonita, ¿es su novia?” “A ella tampoco la quiero más”. “Ella es tan cargosa, ¿no?” No, no es eso, pero digame, usted quién es, ¡es igual a Lannon! “Soy Lennon”. “Pero qué pavadas dice, Lannon murió hace, eh... a ver, ¿hoy es 8 de noviembre? ¡Justo hace 34 años!” “Eso dice la CIA, otras de sus mentiras, imagine...” “¿En serio...? Ah, je, sí qué buen tema... Pero el tiempo no pasó para usted, John, está igual que un ratito antes de que lo maten en Dakota..., esteee... perdón”. “Le voy a decir la verdad, me rescató el IRA irlandés antes que Reagan mandara a atacarme, y le voy a decir, yo era un tejedor de sueños, pero ahora he renacido, yo era la morsa, pero ahora soy John”. “¿Eso es de su tema God, temazo... Sigue creyendo sólo en usted y en Yoko?” “Y en la revolución y en la lucha de clases”. “Pero no me dice cómo hizo para conservarse tan bien, pasaron 34 años...”. ”El diablo me protege, hice un pacto con él, el diablo es bueno, no es como dice la iglesia, siempre piensa que la verdad es lo contrario a lo que dicen los religiosos”. “¿Y por qué eligió Buenos Aires para vivir, o está haciendo turismo?” “Infinito e inmortal amor que brilla a mi alrededor como un millón de soles que me llaman y me llaman a través del universo”. “Eso es de Across the universe, uh, qué emoción, esa es una de mis preferidas de Los Beatles”. “¿Pero entendió lo que quise decirle?” “No sé, John, pero está bien, usted es mi ídolo”. A mi me movió el amor por la humanidad, pero fui preso por la fama, sirviendo al poder y a la burguesía, el publico que más detesté de chico. Ahora soy libre, stand by me” ”Sí, John, claro, me quedo con usted, pero cómo nadie lo reconoce...” “All you need is love, Laura es bonita” “Sí, ya me lo dijo”. “Y acá la mujer no es el negro del mundo” “Y, más o menos” “She loves you” “Sí, yeah yeah yeah...”
Una mano pesada lo despertó. Estaba abrazado a su mochila. Caminó por la ribera para tomar el 29 de regreso. Se sentó en un asiento de atrás. Abrió la mochila. Nunca había visto eso foto tan linda de Laura...

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