jueves, 29 de noviembre de 2012

Sin mi amigo

Hace un mes que te fuiste, querido amigo. ¿A dónde quedará tu nuevo lugar para llamarte?¿ De qué estará hecho el abismo del adiós? ¿Por qué pasa esto de vivir y despedirse continuamente? Habría que matar a la muerte, pero fundamentalmente a esa que te llevó a vos tan temprano, con tanto qué quedaba para compartir. Medio siglo de amistad, amigo, te acordarás en tu recreo de nubes de las figu y las bolitas, del potrero, de esa novia en guardapolvos, de tu vieja y la mía... Mandame a decir por donde sea, por un agujero del ozono cómo sigo.
Dicen que las almas nunca mueren, puede ser. Pero qué hago con tu celuar en mi celular si justo hoy, jueves, nos llamábamos para armar esos sábados largos de asados o fútbol, de risas y cafés, de pibes veteranos siempre atados a la infancia. No vas a contestar, Gusti, y el dolor me ahoga el sentido de la realidad. Habrá que andar en sueños para volver a estar juntos, para esperar tu llamado, tu risa, tu voz cariñosa. La muerte de un gran amigo es una muerte que advierte que el destino es el infortunio de andar solos cada vez más, de que iremos cayendo en brazos de la soledad, irremediablemernte.
/blockquote> Dónde estás, Gustavo, hoy es jueves y necesito hablarte... .

No hay comentarios: