sábado, 1 de octubre de 2016

Tan Divididos

 Abejas y hormigas se mofan de nuestra inferíor organización.

Detestables organismos humanos, gobiernos, esclavizadoras empresas pujan por comer lo que es del otro, llenarse la barriga, ostentar, ignorar y pisar a millones de su misma especie, somos el último escalón de la escala animal.

Te estás abrigando con un calefactor y gente como vos tiene frío.

El azar te llevó a lo alto de la pirámide del Estado y entonces con desesperación te empachás, robás, reís a carcajadas por tu suerte y millones se matan entre ellos por un pan.

Ellos son los negritos, los oscuros , lo de olor, los pobres que haya que matar, si lo dicen con todas las letras Pato, Susana y Mirtha, el rostro de mujer hecho monstruo. Y el cafisho de los cielos de ojos celeste, las confirma.

Humanidad oscura, maloliente, cuando puede venera su ombligo mientras un hermano se remata.

Indecencia de gobernar para hurtar, juego infantil para el imperio que ve como sus hijos pobres se despedazan.

Un imperio que goza con la muerte de los de abajo, de los del costado, de los de Oriente, porque roba sus nutrientes y coloca el vendaval de sus armas

El mundo real de cada minuto atormenta, si uno supo tener piel con el mundo, si uno supo tener fe.

Buenos Aires es mandada por enemigos, los que hacen fiestas vomitando sus robos

Pero esta noche mi hija me llevo de la mano al Coliseo, vi a Mollo, a Divididos, su enorme rock me extirpó el dolor

Y en el Cuartito la pizza de parado y esos amigos de un rato, y las paredes tan repletas de un ayer distinto y tantos como yo me dejaron en paz de nuevo un rato conmigo, con mi ciudad, con mi país, con el mundo.

Aunque siempre sepa, Ricardo, que el 38 está cargado….

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